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De saltimbanquis a locos

TINTERO

Por Francisco Pucheta

Dicen que el sistema de partidos dejó de funcionar mucho antes de que se crearan los tres institutos políticos nuevos, porque el electorado ya no piensa en función de la selección de candidatos sino en la viabilidad para rodearse de satisfactores.

Las necesidades de trabajo y de seguridad son más apremiantes para ellos que ocuparse en partidos y colores que se debaten en un círculo vicioso con intervención de las mismas gentes que se mueven en el pandero político.

No desmentirá el lector si le decimos que hay personajes que en el lapso de tres años han emigrado hasta en cuatro partidos. Es el caso de Salvador Rosas Quintanilla, que del PRI saltó al PRD y del PAN al Partido Verde Ecologista.

Luego entonces muchos se preguntan, cómo puede ser posible que una persona con esa consistencia filosófica de la política se presente ante un conglomerado a solicitarle su voto, sí se sale del pragmatismo para caer en la praxis poco ortodoxa de darle atole con el dedo al ciudadano.

Las posturas de cambiar de casaca cuantas veces lo consideren necesario sólo abona a la desconfianza y al hazme reír del electorado que busca en los candidatos planteamientos cuerdos, que no se salgan del contexto de la realidad. Muestras históricas de esto pero de otras figuras públicas, hay más, pero luego las iremos ventilando.

Se intuye también con esto la desconcentración del político aventurero que antepone su ego a la verdadera preocupación que conlleva encarar los problemas comunes de la sociedad, porque para este tipo de gente las cuestiones personales con tinte económico son primero que cualquier otro asunto.

Hace mucho tiempo que la gente percibió esos vicios en los políticos y también el sistema alcahuete que trata de capitalizarlo aportando una nueva zanahoria al burro para que siga caminando. Entonces ¿en qué democracia quieren sumir al país?.

Otro que no curte malas vaquetas es el neoperredista Carlos Cabeza Reséndez, que al menos no oculta sus debilidades al manifestar públicamente en sus arengas que es el candidato mejor preparado de Tamaulipas. Sí, pero para la Castañeda según dicen las lenguas viperinas que reptan por ahí.

Si al desaparecido líder cetemista profe Pedro Pérez Ibarra le calaba hasta el sentimiento más profundo aquella interpretación de ´´El Rey´´, a Cabeza le llega al corazón ´´El Loco´´ de Javier Solís hasta sumirlo en un éxtasis dormilón. Por cierto, en las pintas de amarillo calabaza y negro que eran los colores emblemáticos del partido, sugirió que le agregaran el azul celeste para imprimirle un toque de bella diferencia.

Bueno, el que paga manda, sólo que los recursos salen de Héroe de Nacataz y Juárez (léase Ayuntamiento) y no de sus bolsillos. Loquito pero no menso.

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