Por: Mauricio Fernández Díaz
El escenario político tamaulipeco es cada vez más denso, más espeso.
La viscosidad que flota en el ambiente tapa, desfigura, distorsiona cualquier ejercicio de análisis a mediano plazo.
Los escenarios cambian cotidianamente, a tal velocidad que es imposible predecir lo que en otros años era labor relativamente sencilla.
Simplemente hoy estas, mañana no.
Daniel Sampayo es la prueba palpable de la caótica situación por la que está pasando Tamaulipas en el aspecto político.
Jamás, en la historia del PRI tamaulipeco se había rechazado el registro de un pre candidato en la Comisión de Asuntos Electorales del CEN del PRI.
Bastaba con el registro estatal para dar como cien por ciento seguro que sería validado por el CEN.
Ante la ausencia de información oficial (el PRI estatal se encuentra vacío; ningún dirigente se ha presentado a dar la cara para explicar este fenómeno) las hipótesis, rumores y chismes se dejan caer en cascada.
Sampayo dice no haber sido informado oficialmente.
De acuerdo a información de colegas matamorenses, el ex pre candidato se encuentra sumamente molesto por la situación en que se le ha colocado; comentan que textualmente dijo; ¨si el PRI me hace una chingadera lo mando a chingar su madre”. Hasta el momento no ha dado la cara.
Confirman, por ese mismo medio, que el relevo sería “Chuchin” García del Guante, como parte de una estrategia negociada entre PRI y PAN; pierde el PRI la diputación y gana la presidencia.
Sin embargo los antecedentes que ligan a Sampayo con tomas Yarrington no parecen haber sido el factor predominante en la decisión del CEN del PRI, ya que si ese fuera el parámetro, Mercedes Guillen del Carmen sería la próxima a la que se le tendría que negar el registro dada la cercanía y los puestos ocupados tanto con Tomás Yarrington como con Eugenio Hernández Flores.
Está manchada de pecado y si el PRI vociferó a todo pulmón que investigaría los antecedentes de cada aspirante, hoy con lo sucedido y el casi seguro registro de Mercedes del Carmen esta haciendo el mas completo ridículo.
Lo bueno…es que ya está acostumbrado.
