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Desaparición de normalistas deja “por los suelos” imagen del gobierno, a nivel internacional: HRW

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La desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, así como el caso de la matanza de 22 personas en Tlatlaya, Estado de México, pusieron “por los suelos” el nombre del presidente Enrique Peña Nieto y de su gobierno, en el ámbito internacional, aseguró José Miguel Vivanco, directivo de Human Rights Watch (HRW).

En conferencia de prensa, el representante de HRW consideró que el Ejecutivo federal ha querido mostrar al mundo “un México que es ficticio” y se alejó de temas de derechos humanos y de seguridad, considerándolos “tóxicos” para su imagen internacional.

“Hoy día lo que ha salido a la luz es el otro México, el de los abusos, el de los sectores más vulnerables, de la desesperación de los padres, campesinos que con gran ilusión lograron que sus hijos estudiaran y aspiraran a un mejor futuro y que se ven involucrados en esta pesadilla. Es un caso que indigna a cualquier persona decente en México y a nivel internacional y por eso esas marchas en México y todo el mundo”, comentó Vivanco.

La ejecución extrajudicial de al menos 12 personas en Tlatlaya por elementos del Ejército y la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa están entre los casos de violencia más graves en la historia contemporánea de México y América Latina en años recientes, pero no son hechos aislados, sino parte de una atmósfera de impunidad y corrupción, agregó.

El directivo subrayó que ambos son crímenes de Estado, en los cuales las autoridades judiciales han actuado de forma tardía e ineficiente.

Agregó que la situación de derechos humanos en México es muy grave y la crisis “se ha acentuado desde la administración de Felipe Calderón a la fecha. Se han producido miles de ejecuciones, desapariciones, casos de tortura y otras violaciones y atrocidades, cometidas tanto por mafiosos como por agentes del Estado”.

Sobre la desaparición de los 43 normalistas, Vivanco manifestó que el crimen fue posible gracias a la complicidad de la policía municipal de Iguala con grupos de la delincuencia organizada, en hechos que las autoridades judiciales y el propio Presidente de la República tardaron demasiado en admitir e investigar, pese a que el ataque fue conocido por diversas instancias de gobierno en tiempo real.

En la agresión a los normalistas de Ayotzinapa, dijo, el presidente Enrique Peña Nieto reaccionó tarde y mal, ya que en un principio sostuvo que era un problema de Iguala, actuando como si se tratara de un asunto de Guatemala, cuando tiene la obligación de disponer en las primeras horas de todos los recursos con los que cuenta el Estado para lograr interrumpir una desaparición de esta magnitud.

(Con información de Proceso y La Jornada)

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