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“Pensamos que íbamos a morir”

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Escrito por Demis Santana

VICTORIA, Tamaulipas.- Alicia Martínez Becerra se despertó, como todos los días; se preparó, caminó una cuadra en la colonia Moderna, y abordó el camión a las 05:20 horas, que la llevaría a la maquiladora.

Somnolienta, palpaba cada asiento recorriendo el pasillo, buscando uno seco dónde sentarse porque el autobús, de la línea Transportes Tamaulipas que la llevaría a la fábrica de arneses Delphi, se le trasminaba el agua por ventanas y techo.

Improvisó una plática con su compañera de trabajo, amiga y también vecina, Minerva Barrón, sobre la misma situación. El camión avanzó con un vaivén.

Uno a uno, sus compañeros de la maquiladora subieron al autobús en otras esquinas de la calle Jaime Rodríguez Inurrigarro. Minerva se acomodó por su parte, mientras miraban por la ventana la fuerte corriente que llevaba el río San Marcos.

Por instantes, pensaban que el caudal era suficiente para arrastrar a una persona porque llevaba mucha agua; y de una manera relampagueante, un pensamiento negativo la atrapó.

Era un temor infundado, un miedo que le martillaba el subconsciente, que le gritaba que el vado estaba maldito. Año tras año, siempre ocurría algo ahí. Enfocada su mirada hacia el caudal, el autobús empezó a subir la rampa para incorporarse al bulevar Praxedis Balboa cuando ocurrió la tragedia.

El suelo se fracturó y el autobús cayó en el hoyo que se hizo, quedando la parte trasera a merced de las corrientes de agua. “Sentí como si se detuvo el tiempo. Como que todo se puso en cámara lenta; mis compañeros cabizbajos, no atinaban a comprender lo que pasaba” platica Alicia.

“El autobús se “enderezó” y todos se agarraron de los respaldos y fue tanta la adrenalina que en milésimas de segundos, mi mente fue inundada de pensamientos como, el qué está pasando cuando se escucharon los primeros gritos, pensé que iba a morir porque estábamos mero atrás; todo me asaltó”

Dice Minerva que cuando se dio cuenta que habían caído al río, y que el agua empezó a meterse poco a poco, en su mente empezó a inundarse de pánico. “Era un miedo terrible, una desesperación, y luché por tranquilizarme y orar en mi mente”

Alicia dijo que en cuanto tuvieron oportunidad, los demás compañeros empezaron a buscar como escapar de lo que pensaron, era una muerte segura.

Unos a otros se ayudaron a salir por una ventanilla cerca del asiento del operador, pero a ellas, ni voltearon a verlas.

“¡Nos estaban olvidando!, había al menos 10 compañeros, varones, y nos dejaron allá en el fondo del camión por lo que empezamos a esforzarnos que fue cuando sentimos una punzada extraña en el cuello.”

El operador, fue quien empezó a auxiliarlas

Dos personas más, ajenas al accidente, que venían en un auto y que presenciaron el accidente, también hicieron lo propio. “Subimos como escalones, cada linea de asientos hasta que llegamos a la ventanilla” dijo Minerva.

“El problema fui yo porque Alicia está delgadita, y batallaron para sacarme por la ventanilla pero lo logramos; fue un momento desesperante porque sentía que no iba a escapar, pero lo logramos.”

La lluvia no les importó.

Ni los casi 30 minutos que tardó Protección Civil en llegar a la zona del accidente. “Dios nos ayudó, porque en seguida que salimos del autobús, este se hundió más, hasta quedar su parte posterior, sentada en el caudal de agua.”

Nunca lo olvidarán, aseguran.

Hasta ayer, ambas seguían incapacitadas por el esguince que sufrieron al golpearse fuertemente cuando el piso se derrumbó, y el autobús se vino abajo.

Cerca de las 3 de la tarde, los médicos del IMSS las atendieron, y les dijeron que no tenían lesiones de gravedad, solo el esguince en las cervicales, que solo requerían al menos 3 días de recuperación.

“El lunes vamos a ir de nuevo a valoración, y ya nos dirán si podemos trabajar” dijo. Sin embargo, lo que les preocupa son las repercusiones que esto pueda tener; perder los bonos de asistencia, y otros más que esperan, no ocurra así, porque iban responsablemente a trabajar.

Alicia y Minerva, tienen 4 y 9 años trabajando para Delphi; ganan 750 pesos por semana, y tienen 3 y 4 hijos respectivamente, por lo que piden apoyo para hacerle frente a esta crisis derivada del accidente.

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