Locos de atar…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
De pronto la catedral del Sagrado Corazón comenzó a llenarse de invitados, la gran mayoría personas de escasos recursos que era algo muy extraño para lo conservador de esta ciudad, antes de ellos estaban en las bancas unas señoras encopetadas, de esas que hacen del vestir una decoración y bien pudieran sumarse al club de las “antes muertas que sencillas”.
El reportero y camarógrafo le preguntan a uno de los presentes por una quinceañera, le dan datos, le informan que iba camino del Hospital Infantil, del Oncológico para ser exactos, hacía su fiesta, a una misa elegante que nunca soñó tener porque se encontraba en medio de su tratamiento de cáncer, de leucemia.
Los familiares de la quinceañera se veían entre felices y desgastados en todos los sentidos, les brillaban mucho los ojos cada que veían la ilusión hecha realidad, tocaban y sentían un sueño que parecía imposible porque se encontraban muy lejos de su tierra y en condiciones extremadamente complicadas.
Tal vez por ello los pocos familiares presentes tienen agua en los ojos, lágrimas, mezcla extraña de sentimientos, felicidad, agradecimiento, tristeza, una infinita tristeza que de pronto se les olvidaba o se les borraba del rostro ante lo que creían imposible, una fiesta de quince años.
Una de esas mujeres encopetadas que estaban hasta al frente se acerca, habla algo en voz baja con uno de ellos, y cuando se dirige hacia la calle a esperar un vehículo se le pregunta sobre la fiesta, quien la organizaba, por qué.
Lacónica, con la felicidad que solo da el dar felicidad a los iguales, responde… “unas loquitas de atar de esta ciudad, pero no somos peligrosas nomás creemos que el mundo puede ser mejor y tenemos que empezar nosotros por cambiar las cosas”.
Por supuesto que la reconocimos, fue regidora, también funcionaria del PRI municipal pero como decidió esconderse en el anonimato ahí la conservamos, porque además lo que importa es el hecho, y que este sirva de preámbulo a lo que sigue que no es más que otra anécdota de platica de carne asada.
Varios periodistas en una mesa, cerca de todos nosotros, guitarra en mano, un joven, siempre sonriente, complaciendo con canciones, alegrando con sus dichos que de pronto eran muy serios y lo fueron más cuando uno de los presentes ya encervezado dijo a voz de cuello, “por mí que chingue su madre televisa, yo no le doy nada al Teletón porque solo lo usan para justificar sus impuestos”.
El joven de la guitarra se para con mucha dificultad, muestra que tiene un problema en una de sus piernas, y pregunta, “¿tú sabes cuánto se batalla en esta situación, sabes en cuánto podría servir uno solo de eso Centros de Desarrollo que construyen?, la verdad es que con un solo niño o niña que pueda vivir feliz, recuperarse, o tener una vida digna vale la pena aportar, de lo otro Dios sabrá”.
De ello siguió la lección más grande, “cuando ves un niño reír en nuestras condiciones no importa que hayas cometido la estupidez más grande o el costo, se trata de la felicidad de una persona y esa no tiene precio”.
Todo esto viene a colación por el reto Ice Bucket Challenge (bañarse con agua con hielos en público), en apoyo al estudio de la esclerosis que es una enfermedad, que dicen, se siente como recibir una cubeta de agua con hielos en la cabeza, no conozco el mecanismo de donación, ni de cuanto sirva ese proceso, pero a lo que voy es a que resulta aplaudible que estrellas del espectáculo, del deporte, empresariales, y de todos los ámbitos incluidos funcionarios, políticos serios y políticos oportunistas, se estén sumando a la misma y el método haya servido para recaudar más de 22 millones de dólares.
Ojalá el ejemplo cunda y se busquen otros mecanismos para activar a nuestra sociedad en busca de soluciones a otros problemas, a los que tenemos en México con la educación, de salud, de pobreza, para corregir fallas en nuestra sociedad, para darle vida a la gente que prácticamente solo respira.
En pocas palabras, son tiempos de buscar a nuestros loquitos de atar, a nuestras personas que valen la pena y que nos vayan enseñando las formas para empezar a cambiar nosotros y que un día logremos tener la colonia, la ciudad, el Estado, el país, y el mundo que realmente merecemos no en el que nos tiene tanto político corrupto que ahora solo son combatidos con mucha tibieza o poca fuerza por los políticos que valen la pena cuando se requiere de todos nosotros pero que no lo hacemos porque no hemos puesto realmente a nuestro país en movimiento.
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