La salida de Vallejo, por la puerta trasera; ¿Sigue el Gobernador de Tamaulipas?
La salida de Vallejo En el Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “a decir de varios michoacanos, Fausto Vallejo no se merecía tan triste final en su carrera política.
Exdiputado local y exdirigente estatal del PRI, su mayor capital político lo ganó como alcalde de Morelia, cargo que ocupó en tres ocasiones, una de ellas como interino. Su buen cartel como presidente municipal chocó con la mala suerte de que sus mandatos se dieron, justamente, en los tiempos en que el PRD dominaba Michoacán.
Cuando, por fin, pudo llegar a la gubernatura, lo hizo con todo en contra: con la salud mermada, con un mandato acortado a sólo cuatro años y, lo peor, con un estado deshecho por la inseguridad y la violencia. Y si a eso se suman los supuestos nexos de varios de sus colaboradores y, al menos, uno de sus hijos con el crimen organizado, se entiende que la salida de Vallejo se da por la puerta trasera.” En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “relevo.
El Presidente despertó con la noticia de que Fausto Vallejo deja la gubernatura de Michoacán. Enrique Peña Nieto fue el primero en enterarse cuando lo recibió en la Residencia Oficial de Los Pinos.
A muchos les parecerá oportuna esta salida; sobre todo a unos días de que apareciera la fotografía de su hijo Rodrigo en una supuesta reunión con Servando Gómez, La Tuta, líder templario. Hay quien le exigía su salida para transparentar las investigaciones.
La decisión es, dijo, para atender su salud. Michoacán sigue siendo el estado más convulsionado.” En El Universal, el periodista Ricardo Alemán, escribe que: “era un secreto a voces.
Y era cuestión de tiempo. Y es que antes, durante y después de su más reciente visita médica, todos sabían que Fausto Vallejo anunciaría, de manera formal, que no sería más gobernador constitucional del estado de Michoacán.
¿Y por qué debía marcharse? Lo de menos era la salud –de suyo delicada por una cirugía mayor–; porque si bien el cargo de gobernador requiere del cien por ciento de la salud física, también es cierto que sólo faltaba un buen pretexto –como los motivos de salud–, para dar forma al anuncio oficial del retiro de Vallejo.”
En El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: “las imágenes de Rodrigo Vallejo, apodado el “Gerber”, con la “Tuta”, son auténticas, según me confirmaron funcionarios federales y su circulación coincidió con la nueva ausencia del gobernador por motivos de salud. El vacío era inocultable. Nunca gobernó bien a bien, primero porque tenía al narco metido en los despachos de su gobierno y hasta en su familia, luego por su enfermedad y al final porque el Gobierno federal le quitó el poder real.
Su separación del cargo era inevitable.”