Universidades del Bienestar: ¿Una realidad a medias o solo una quimera?

Por: Vicente Hernández
“La ignorancia es el peor enemigo de un pueblo que quiere ser libre” «Jonathan Hennessey»
Es lamentable leer lo declarado hace días, por la subsecretaria de Educación Media Superior Tania Rodríguez, cuando señala que, en México la educación media superior, enfrenta tres problemas graves: la falta de cobertura, la deserción y la desarticulación entre ésta y la educación superior, de la cual surgen estas interrogantes: ¿Dónde quedo entonces la frase “Primero los jóvenes” que tanto cacaraqueaba en las mañaneras, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador y su sequito de aduladores?
¿Qué ha pasado con las 100 llamadas universidades Benito Juárez, o del Bienestar, que el gobierno de la cuatro T anunció al inicio del sexenio pasado y que estaban siendo construidas precisamente para darles una opción a esos miles de aspirantes que cada año quedan fuera? anuncio también el sexenio anterior con bombo y platillo, que la alternativa para esos miles de jóvenes que no lograban inscribirse en las universidades por tener limitado el cupo, eran las universidades Benito Juárez, que el gobierno federal prometió que se construirían.
¿Pero, existen realmente las Universidades del Bienestar en México? Porque con una inversión de mas de 4 mil millones de pesos, surge otra interrogante: ¿Dónde está reflejada esta inversión? ya que no esta demostrado que estas universidades estén funcionando adecuadamente, es más, ni siquiera está comprobado que por lo menos el 50% de ellas estén construidas, y abre la posibilidad de un presunto fraude, cometido por el gobierno de la transformación, ya que de acuerdo a las investigaciones realizadas por los investigadores de educación; Martha Castro, Leonardo Núñez González y Fuerza Informativa Azteca, revelaron lo siguiente.
“No hay una sola que no tenga inconsistencias” 2- “Hay algunas que ya reportan alumnos y maestros, pero que todavía no están terminadas de construir” 3- “Están operando en la ilegalidad” y pone como ejemplo la Universidad del Bienestar sede Milpa Alta (cdmx), donde las clases se imparten en espacios improvisados, como si fuese una casa de cultura provinciana, y lo más grave es que muchas direcciones señaladas como sedes universitarias, son solo edificios vacíos, o en ruinas, un caso en particular es la sede Cuauhtémoc (cdmx) por ejemplo, donde “no hay nada ahí en ese lugar” en el caso de la Universidad de Magdalena Contreras, (cdmx), que debería albergar 101 alumnos y cuatro docentes, resultó ser un terreno cubierto de árboles, sin ninguna infraestructura educativa, concluyendo que siendo una inversión tan alta como 4 mil millones de pesos, este monto podría haber financiado 916 mil sesiones de quimioterapia, o más de un millón de sesiones de hemodiálisis, por lo que la falta de transparencia, sobre el uso de estos recursos, plantea serias dudas sobre la efectividad y legitimidad del proyecto.
Pero el gobierno, basado en sus registros oficiales, asegura que existen estas universidades, aunque la realidad es muy diferente, ya que estas universidades (al menos las existentes) parecen ser más un intento político, en demostrar que la cuatro T se preocupa por la educación de las juventudes, que una verdadera solución educativa, porque al no demostrar que realmente existen esas 100 Universidades del Bienestar, así como la ausencia de estudiantes y profesores, evidencian un sistema que necesita una revisión exhaustiva, porque quizás durante los próximos cinco años y seis meses, nos seguiremos preguntando ¿Donde están estos centros educativos (hasta el día de hoy la mayoría fantasmas), y dónde están esos 4 mil millones de pesos que supuestamente se gastaron para su construcción?
Y como ultima interrogante: ¿Por qué al gobierno le conviene un pueblo con mínima educación? esto quizás sea muy simple de entender, porque así se le puede manejar, sin que el mismo tenga la capacidad de ver, entender y criticar, y en éste sentido tomar una posición frente a la realidad que vive el país, porque además sería un enorme error, posibilitar que el pueblo pensara, decidiera y eligiera libremente, además se correría así el enorme riesgo de que no aceptara los lineamientos impuestos por la jerarquía que actualmente nos gobierna, debido a que en lugar de enseñar a la ciudadanía, y sobre todo a los jóvenes a pensar, a trabajar, a decidir, a proyectar un futuro y elaborar un proyecto personal, y comunitario de crecimiento, y de grandeza para ellos y para México, se han dedicado a entregar miserables programas de indignidad, disfrazados de combate a la pobreza, haciendo creer así que les preocupa la pobreza, la indigencia, la falta de salud y sobre todo la educación, cuando en realidad solo se trata de programas “clientelares” que no solo favorecen a los adultos mayores, “Ninis”, personas con discapacidad y estudiantes, sino principalmente a Morena, y a los candidatos que este partido designe para diversos cargos de elección popular, y así una vez estos ya como gobernantes, hacerles creer a sus gobernados, que todo lo que se hace es para su beneficio, y seguir con un pueblo cada vez más desinformado, más analfabeto, más ignorante, así y solo así, un gobierno puede imponer su postura populista.