Ultraderecha del PAN husmea en Michoacán; odia a autodefensas
ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Mientras el país se torna en remolino en evolución con sentido netamente giratorio, producto del retorno del PRI a Los Pinos y acaso por un sello personal impuesto por Enrique Peña Nieto, las planas de los periódicos diarios dan cuenta de la violencia atroz generada en el territorio, con todo y asegunes.
La revolución iniciada el mismo año que Peña Nieto empezó su sexenio, tiene evidentemente sus pros y sus contras. Es como el Ocho (8) infinitesimal en su forma.
La forma de un 8 siempre vuelve al mismo lugar de donde salió.
Es claro que la vacuidad con la que gobernó por 12 años tanto Vicente Fox Quesada como Felipe Calderón al país, iba a dejar secuelas.
Para comenzar, Fox fue torpe al criminalizar oficios o profesiones que mal o bien, daban equilibrio social, monetario y económico a una muchedumbre de familias mexicanas, permitiéndoles vivir equilibradamente.
Comienza en el 2000 Fox Quesada su sexenio y persigue soezmente a aquéllos mexicanos dedicados (hasta por herencia o tradición familiar) a importar vehículos americanos, incluidos los que entraban al país de contrabando; y como era de esperarse, la economía de los estados norteños del país (incluido Tamaulipas) comienza a derrumbarse, se viene abajo estrepitosamente.
Es entonces cuando a millones de mexicanos de pobre educación se les abre un abanico de oportunidad tentador, meterse al tenebroso oficio del narcotráfico, residente solaz del submundo, así como de paso, al tráfico ilegal de armas.
En pocas palabras, Fox cambió vidas por muerte. Cambió legalidad por infierno.
Lo hizo para favorecer a grandes compañías trasnacionales de automóviles (Ford, Chevrolet, Nissan etcétera), que lo presionaban para que el gobierno federal les quitara a su peor competencia, los contrabandistas de autos.
Fox fue un gobernante inculto, hipócrita, loco, esquizofrénico. Por estas razones los mexicanos jamás debieron dejarlo gobernar México.
Desde entonces el campo fértil de los negocios ilegales quedaron expuestos, libres, para quien los quisiera sembrar.
Luego vendría Felipe Calderón a gobernar (con el permiso de los poderes fácticos y de la cúpula más alta del poder del PRI, que lo prefirieron a él como presidente, en lugar de AMLO) y el michoacano da al país la puntilla mortal.
Empieza su acoso a los cárteles, saca al ejército de los cuarteles sin estrategia clara ni definida; lanza golpes al aire, hunde al país en psicosis generalizada.
Es entonces cuando aparece en México el aquelarre de sangre, secuestros y muerte que hoy mantienen hundida a la patria.
Fox y Calderón se van acabándose sus respectivos sexenios, sí, pero lavan sus manos manchadas con sangre.
Y cuentan para esto con el apoyo y complicidad de los Estados Unidos (EEUU), nación que les abre las puertas de par en par y les permite incluso trabajar allá, en lugar de exigir condena perentoria contra ambos por genocidio.
Todo esto lo delatamos desde que empezó Fox a gobernar; y luego continuamos criticando a Calderón, por su política errónea e inhumana en el renglón de seguridad.
Aunque con este último, con Calderón el país acabó por volverse un atroz campo de exterminio, peor que Auschwitz en tiempos de Hitler.
Por otra parte, Michoacán está convertido en un infierno, y no en una paletería como muchos suponen.
Cuestión de ver las noticias objetivas, que dan referencia de detenciones y cárcel a los precursores de las auto defensas.
Michoacán, que le ha dado tanto al mundo a nombre de México (aguacates y el metal llamado hierro) hoy está convertido en tierra de nadie, donde se dan odas y loores a la muerte.
Tierra de gente noble y valiente, Michoacán es heroica por segunda vez.
Ciertamente Michoacán fue gobernada dos veces consecutivas por el PRD, pero hoy es época en que debería estar corregida la seguridad.
Con un anciano ya decrépito como gobernador, en la persona de FAUSTO VALLEJO, el heroico estado de Michoacán se revuelve en su misma sangre, registrando –según reportes oficiales- muertes innecesarias, ante la actitud silente de medios informativos de alcance nacional.
El comisionado del gobierno federal ALFREDO CASTILLO CERVANTES opta por encarcelar a dos de los líderes de las autodefensas, Hipólito Mora y Enrique Hernández, que afrontar y combatir la tortuosa corrupción que hay entre funcionarios del gobierno de Vallejo y delincuentes.
En las redes sociales Castillo Cervantes tiene que soportar que gente de Sahuayo, Tepalcatepec, La Huacana y de varios municipios más de Tierra Caliente le recuerden su mega-salario devengado, 194 mil pesos por mes.
Solo por cumplir tareas de representatividad y de enlace territorial entre federación y pueblo.
Es por esto que el PAN convoca hoy a Castillo Cervantes al senado de la República, para que explique porqué el gobierno de Peña Nieto permite la creación y legitimidad de las autodefensas.
Como ven amables lectores, la ultraderecha del PAN (en la persona de Jorge Luis Preciado, Luisa María Calderón y Roberto Gil Zuarth) no exige el esclarecimiento de tantas muertes a causa de la depredación violenta contra civiles.
Sino que exigen saber ¿Por qué el gobierno permite la existencia de las autodefensas?
Bien, por ahora es todo, nos leeremos en breve.
Mientras tanto, aquí en Mante el alcalde PABLO GONZÁLEZ LEÓN no descansa ni un momento a fin de dejar todo listo para el inicio de la Semana Santa, a la vuelta de la esquina.
El presidente municipal le exige –como debe ser- a sus colaboradores trabajen a marchas forzadas, para que caminos y veredas queden limpios y se ofrezca una excelente anfitrionía a los paseantes y turistas.
El Mante está recuperando su alegría de antaño.
Las familias mantenses paulatinamente salen a la plaza pública a rondar y a pasear, pues el alcalde ha ofrecido garantía de seguridad social.
Bien por el presidente municipal, quien asume funciones eficaces, no demagogas, y con eso permite al municipio recuperar su rol de líder regional.
Bien, por ahora es todo, en breve nos leeremos.