La división marca el inicio de la contienda interna del PAN
Por Mauricio
A casi dos años de su más dolorosa derrota en las elecciones presidenciales de julio de 2012, el Partido Acción Nacional (PAN) inicia este miércoles la contienda interna para elegir a su nuevo líder, con el reto de que sus grupos superen diferencias y eviten una ruptura que debilite al panismo, admiten militantes.
Los dos contendientes, el dirigente con licencia Gustavo Madero y el senador con licencia Ernesto Cordero, se disputan el apoyo de los 220,000 panistas que podrán votar en los comicios del próximo 18 de mayo.
Para la senadora Laura Rojas, ese hecho representa el primer desafío para el PAN, porque se trata de la primera elección de dirigente que se abre a toda la militancia, luego de la reforma estatutaria de 2013.
«Es una oportunidad sin duda, pero también implica el reto de en esta contienda no dañar al partido. Y eso pasa porque los dos contendientes asuman la responsabilidad que tienen de cara a los panistas», dijo la legisladora en entrevista.
Al igual que gobernadores y los coordinadores del PAN en el Senado y la Cámara de Diputados -donde el partido representa la segunda fuerza política-, Rojas ha manifestado su apoyo a Madero, quien busca reelegirse para el cargo que ganó por primera ocasión en diciembre de 2010.
En la otra esquina, Cordero es respaldado por panistas como el exdirigente Luis H. Álvarez, y algunos senadores, diputados y exfuncionarios cercanos al expresidente Felipe Calderón, en cuyo mandato (2006-2012) Cordero fue secretario de Hacienda y de Desarrollo Social, antes de ser precandidato presidencial.
Desde la derrota electoral de 2012, los grupos de ambos contendientes han sostenido diferencias por temas como la relación del PAN con el gobierno de Enrique Peña Nieto, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y la postura del panismo hacia las reformas estructurales.
Los panistas cercanos a Cordero, por ejemplo, acusan a Madero de respaldar sin cuestionamientos las propuestas del PRI; en tanto que los afines a Madero argumentan que el apoyo del PAN a algunas iniciativas radica en que el partido debe ser «una oposición responsable», no una que frene cambios necesarios en materia de economía, política o educación.
En ese contexto, algunos militantes consideran que la elección del 18 de mayo es el momento que el partido debe aprovechar para dejar atrás las divisiones.
«Vamos a buscar después de esto la unidad plena y total, que ahorita no la hay. No hay por qué negar que ahorita hay una fractura muy grande en el partido», dijo en entrevista la senadora Rosa Adriana Díaz Lizama, integrante del equipo de campaña de Cordero.
Partidarios de ambos contendientes señalan que para evitar más rupturas, los aspirantes deben hacer campañas «propositivas» en lugar de lanzarse ataques.
El más reciente intercambio de señalamientos ocurrió a principios de este año, cuando Cordero acusó a Madero de usar recursos del partido para promover su candidatura, una crítica que Madero rechazó.
Ante esta situación, la comisión organizadora de la elección incluso buscó en semanas recientes que los candidatos llegaran a un pacto de no agresión. Sin embargo, sus intentos no se tradujeron en un acuerdo formal.
Francisco Gárate, presidente del órgano, dijo al respecto este martes, durante un mensaje a medios, que se exhortó a los aspirantes y sus equipos a cumplir «de manera escrupulosa» con las reglas de la competencia.
En éstas, se prohíbe «denigrar o calumniar» al rival y comprar votos a través de cualquier medio, y se exige respetar el tope de gastos de campaña fijado en 14 millones 900,000 pesos por aspirante.
Con esas reglas y con el antecedente de las tensiones pasadas, la campaña interna durará casi dos meses hasta terminar el 17 de mayo, un día antes de la elección, que se realizará más de 13 meses antes de los comicios intermedios de 2015 para renovar la Cámara de Diputados.
Madero o Cordero, quien gane la contienda de las próximas semanas tendrá bajo su cargo guiar al partido en esa competencia, en la que los panistas tratarán de aumentar su peso legislativo y empezar a cobrar más fuerza rumbo a las elecciones presidenciales de 2018.