Ironía docente
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Un libro que reconozco me impacto, fue el escrito por la mexicana, investigadora de la educación, Elsie Rockwell, titulado «Ser Maestro» porque inicia en el intento de conceptualizar esta profesión.
Quizá la lectura de Ser Maestro me hizo crítico -de criterio- de este ejercicio profesional, donde se encuentran inmiscuidos más de millón y medio de trabajadores que, indirecta o directamente están en el aula, formando, moldeando, guiando la personalidad del ciudadano del mañana.
Lo que sigue es una paradoja en el relato irónico de un supuesto diálogo entre un médico y una mujer a quien le interrogan sobre su quehacer, sobre todo por su apariencia.
Advierto al amable lector que el siguiente texto circula por los correos electrónicos de un buen número de maestros, por lo que se entiende que ellos mismos reflexionan sobre las tareas cotidianas que nosotros no dimensionamos, pero lo siguiente nos pudiera dar una idea.
«Un doctor salió a caminar una mañana y vio a una mujer de aparente edad avanzada, y a decir verdad una edad muy avanzada, de ésas que solemos llamar ‘viejita’; ataviada con unos lentes de ‘fondo de botella’, muy arrugada del rostro, cuello y manos, con un vestuario nada moderno, más bien muy pasado de moda, pero limpio.
Estaba ahí, sentada en la banqueta fumando el cigarro, sostenido entre sus huesudos dedos. El doctor, con la curiosidad más que científica, en un merodeo social, se acercó y con un tono de voz suave y amable preguntó: «No pude evitar ver lo feliz que se ve, ¿cuál es su secreto?».
Ella, con voz dulce pero firme respondió: «Sí… soy muy feliz y soy maestra. Me duermo casi siempre a la 1 de la mañana porque diseño entornos didácticos para mis alumnos; hago mi planeación diaria de clase; formulo y califico los exámenes de las asignaturas.
También hago proyectos y reviso el desarrollo de competencias de mis alumnos a través de la elaboración de rúbricas. Estudio de vez en vez para el examen de Carrera Magisterial.
Casi siempre me levanto a las 5:30 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo. No hago deporte, ni tengo vida social ¡No tengo tiempo! Los fines de semana hago autoevaluaciones que serán revisadas por mis alumnos y que yo tengo que revisar después para ver cómo se autorreconocen.
Confecciono casi a diario material didáctico, cuadros de concentración, registros anecdóticos de los estudiantes, evalúo sociogramas, califico tareas, pero también las hago de los cursos para certificación que nos exige la ‘bendita Reforma Educativa’.
Si es lunes festivo o hay puente, hay que apoyar al «sagrado sindicato», -como ellos no tienen nada que hacer y solo inventan actividades-. Que tenemos que ir a las jornadas culturales y deportivas, que la «Escuela Siempre Abierta», que a la vacunación, que a la firma de convenio.
También como toda ama de casa y madre de familia, me la paso trabajando en casa, ya con los niños, ya lavando ropa, levantando cocina, el aseo de la casa, que plancho y lavo, en fin. Hay veces que no desayuno ni almuerzo. Tampoco ceno porque no me alcanza el tiempo.
Dice el doctor del ISSSTE que padezco constante ‘estress’ a causa de las reformas curriculares, proyectos formativos, talleres de actualización, cursos estatales y el bendito examen de ‘Carrera’ que lo tenemos esta semana y la próxima.
Al final de ciclo escolar hay fechas de entrega de documentación y calificaciones finales, súmele las visitas de la supervisora o los Asesores Técnicos Pedagógicos que vienen solo para revisar lo que ellos mismos no entienden.
Mención aparte son los padres de familia, que en realidad no apoyan pero siempre quieren intervenir corrigiendo a uno.
El doctor contestó ‘Eso es extraordinario, nunca imaginé que una maestra hiciera tanto trabajo fuera del aula. Oiga y ¿cuántos años tiene?’ ¡44!, le respondió la viejita… ¿De servicio, como maestra? No doctor, ¡De edad!
La ironía dice: Si estimas tu vida y la vida de algún maestro reconócele la labor social y profesional que hace por la educación de nuestros hijos…» Hasta aquí el correo.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com