A puñetazos…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Debo reconocer que me gusta más el boxeo de La Chiquita González y de El Finito López que el de Julio César Chávez, pero no cabe duda que los tres son campeones y verdaderos boxeadores como también lo son Pipino Cuevas, Edgar Sosa, La Barby Juárez, La Guerrera, y muchos y muchas peleadores que le han dado lustre a este deporte en México.
A todos ellos los conoció José Sulaiman Chagnon, el victorense más reconocido y famoso en el mundo, el tamaulipeco que se dijo, en sus últimos años, embajador de la capital cueruda por el todo el planeta, y que, según consta en videos, se sentía muy orgulloso de haber nacido en Tamaulipas, tierra de “hombres y mujeres que saben de lealtades, de gratitud, de trabajo”.
Y casi todos ellos, los campeones y ex campeones de boxeo, estuvieron en el Centro Cultural Amalia G. de Castillo Ledón para rendir homenaje a José Sulaiman, un hombre, un tamaulipeco, un victorense qué, como dice el gobernador Egidio Torre Cantú, demuestra que lo más valioso de Tamaulipas es su gente que todo lo puede, que es echada para adelante y dispuesta a triunfar en todo terreno y bajo cualquier circunstancia.
Igualmente llegaron el doctor Morales, Lamazón, la familia de Sulaiman, amigos victorenses que lo conocían y eran amigos, compadres incluso, como Don Nazario Assad Assad que fue el encargado de leer su semblanza.
El asunto es que, como lo merece la Capital de Tamaulipas, como lo merece este Estado, fue el boxeo el que nos llevó a los cuernos de la luna, que permitió a muchos amantes de este deporte saludar a sus ídolos, estrechar la mano a La Chiquita González, obtener el autógrafo y la fotografía con Julio Cesar Chávez, conocer a esa leyenda que se llama Pipino Cuevas, disfrutar la alegría de Ultimio Ramos.
Sin saber, o quizá en plena coincidencia, José Sulaiman Chagnon le daba un último raund a esta su ciudad natal, un último espectáculo que sirve de aliento para continuar de pie, para pensar que todo se puede y todo debe ser mejor.
Ojalá lo que siga, de parte de la familia y de los campeones que estuvieron y recibieron lo mejor de esta ciudad, sea el alentar a deportistas de esta capital con apoyos para que puedan ser mejores, con becas para que sigan estudiando y practicando deporte, con infraestructura deportiva.
Obvio, se antoja una nueva pelea de campeonato en Victoria, con la presencia de peleadores que tengan reconocimiento mundial, que puedan ser capaces de atraer gente de todo el mundo a ver dichos eventos deportivos y eso provoque una buena derrama económica.
El caso es que ayer hubo lluvia de campeones en la capital Victoria, un reconocimiento al hombre que nació en este terruño y lo hizo famoso por solo ese hecho, vaya, hasta el medallista olímpico Carlos Mercenario llegó a llorarle o felicitarle por su labor en vida.
Fue un evento de sentimientos encontrados, el discurso de Egidio Torre Cantú se centró en el ejemplo que puede ser Sulaiman para los tamaulipecos, echados para adelante, con capacidad para triunfar, y rematando que son lo más valioso que existe en esta región.
Y si, es un buen ejemplo para que la gente se entere que todo se puede, que lo único que debe hacer es atreverse, participar, ser un ciudadano activo por el bien de sus hijos, de su familia, de sus vecinos.
Tenemos que hacer lo mismo que Sulaiman, avanzar, arriesgarnos, y luchar, si es necesario, a puñetazos…
En otras cosas… el congreso de Tamaulipas llegó a Reynosa, sesionó, y de pasó hicieron política y grilla, bien por Ramiro Ramos Salinas, presidente de la Junta de Coordinación Política, esa es una práctica que estaba pendiente, y que es necesaria para quitarse esa imagen de flojos que tienen los legisladores de todo el país, y ojalá la gente los aproveche, les obligue a hacer leyes que les beneficien, les obligue a estar más comprometidos con la sociedad y a dar más de ellos.
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