CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
“Compartamos la música, erradiquemos el hambre”, con ese slogan la Sedesol Federal realizó un concierto en la Ciudad de México que le costó más de 10 millones de pesos, fue el mero 30 de abril del 2013 y hasta hoy se dan a conocer las cifras luego de que un mexicano se interesó en saber de esas “nimiedades” para ellos.
El IFAI dio a conocer la información después de casi un año de andarla persiguiendo, de que la dependencia a cargo de Rosario Robles Berlanga tratara de ocultar por todas las vías posibles el costo del concierto.
A cambio, dijo, la Sedesol, ese evento sirvió para recaudar 20 toneladas de alimentos, los cuales no especificó donde fueron distribuidos o si todavía están en sus bodegas.
Es real que 10 millones de pesos son un mundo de dinero para unos 55 millones de mexicanos que no los hemos visto juntos ni en fotografía, que no los ahorraríamos ni trabajando las 24 horas diarias de una vida, para dar un ejemplo, un maestro de recién ingreso gana alrededor 7 mil pesos mensuales, lo que representa ingresos por 84 mil pesos al año, si se jubila 50 años después de iniciar labores habría obtenido de sueldo 4 millones 200 mil pesos, en síntesis, necesitaría más de 100 años de trabajo de profesor para obtener esa cifra, y sin gastar
Ahora, si toma en cuenta el salario de un obrero de maquiladora que gana alrededor de 700 pesos por semana, unos dos mil 800 por mes, necesitaría unos 250 años de trabajo para juntar esos 10 millones de pesos que la Sedesol despilfarró en una noche, en un concierto.
Pero no es todo el dinero que se ha tirado, al gasto del concierto habrá que agregarle la intensa campaña en medios masivos de comunicación, los spost en televisión, en radio, las páginas y páginas de periódicos, los espacios en el internet, también en portales informativos, las funciones de cine que se realizan en algunos Estados, las reuniones de presunta evaluación que tienen más fines políticos y futuristas que de accionar palancas precisas para mejorar nuestras condiciones, eso, eso y mucho más aumenta el costo de operación de la cruzada contra el hambre a cifras que ni siquiera son posibles calcular.
Eso es lo menos comprensible de la cruzada, que haya unos, según ellos, 7 millones de mexicanos con hambre (que en realidad son como 55 millones los que no comen tres veces al día por vivir en condiciones de pobreza, y hasta de indigencia dice la Comisión Económica Para América Latina, La CEPAL) y se haga tanto gasto en la publicidad del programa en lugar de aplicarlo donde se necesita, en la gente.
Para concretar, en realidad la cruzada contra el hambre no requiere estar todos los días en los medios, tampoco en los escenarios de teatro, en las salas de cine, en carpas improvisadas, o en el Auditorio Nacional para llevar un concierto, no, este programa requiere estar en las colonias marginadas, en los cinturones de miseria de casi todas las ciudades en México, en los poblados más alejados en la sierra también de todos los Estados de México, ahí, ahí donde el hambre cala, donde a veces se reza porque caiga una tortilla al estomago, un huevo o aunque sea un plato de frijoles…
Pero no, en lugar de que un pobre, o dos, o mil, disfrutaran el dinero de esa cruzada, ¿sabe quien se llevó esos 10 millones de pesos del concierto?, pues fue La Gusana Ciega y otros más, quisiera referirme a Rosario Robles, me gustaría, pero no, me refiero a un grupo de rock que alterno con Ely Guerra, por citar un ejemplo de los amenizaron esa fiesta, y también la administración del Auditorio Nacional, y los que trabajaron para organizar el evento.
Pobre México, con millones y millones de jodidos y sus autoridades empecinadas en La Gusana Ciega (otra vez me refiero al grupo de rock aunque me gustaría fuera a la misma que usted está pensando), ojalá, ojalá un día se enteren que en la pobreza está el origen de gran parte de nuestros problemas y empiecen a cambiar por la buena, antes de que las revueltas los hagan cambiar a la fuerza.
En otras cosas… harto orgullo ver el Bernal de Horcasitas, el cerro que forma parte de nuestro Escudo de Tamaulipas, en los billetes de la Lotería Nacional, buen trabajo del gobernador Egidio Torre Cantú al gestionar que se presente lo mejor nosotros en los grandes escenarios, en los grandes escaparates, se trata de que nos vean atractivos, de que se enteren que hay muchas cosas que pueden venir a conocer a esta bella Entidad, y si se exhibió la fotografía en dos millones 400 mil cachitos quiere decir que son las mismas posibilidades de que alguien se interese por lo bueno de nosotros, porque además, como dijo la directora de la Lotería, los tamaulipecos somos gente de bien.
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