CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Cada día resulta más incomprensible este país, por un lado en Europa, y ahora en Nueva York, Enrique Peña Nieto será galardonado como el estadista del año, y por el otro amanecemos con una sociedad cada vez más decepcionada de su gobierno.
En Estados Unidos nos dicen que Peña Nieto debe ser el líder del año, el que más beneficios lleva al pueblo que gobierna, si, se nota que viven muy lejos, que ni siquiera se han atrevido a cruzar la frontera para ver nuestra triste realidad.
Vamos, mientras a nivel internacional Peña Nieto casi es comparado con los grandes de toda la historia, aquí en México se dieron a conocer encuestas del INEGI, y de otros organismos, que nos pintan una realidad que, más que reconocimientos, debería de ser suficiente para meter al bote al presidente y compañía.
Los encuestadores dicen que el 70 por ciento de los mexicanos se siente más inseguro que el año pasado, el mismo porcentaje considera que la economía va en picada o no debe ser motivo de orgullo de la administración.
Pero además, la inflación generada por el aumento de la gasolina, el agua potable (en el caso de la capital de Tamaulipas), y del suministro de otros servicios va a pulverizar los aumentos al salario que se van a dar a partir de este mes lo que significa que un trabajador podrá comprar mucho menos de lo que podía el año pasado, en resumen, habrá más hambre.
No se necesita más que sentido común para pensar que la brecha entre los más pobres y los más ricos se hará una autopista de ocho carriles, de esas que son imposibles de cruzar a pie, o con hambre y sin zapatos.
El problema se agrava porque la gente confía menos en sus liderazgos y eso alienta la anarquía, el olvido, que la gente no participe con sus autoridades para el bien de la comunidad, y como daños colaterales se dejan de pagar impuestos, se deja de denunciar, se evita “meterse en problemas”.
Por supuesto que es alentador que al presidente se le vea bien en el extranjero, pudiera ser que en realidad pronto seremos mejores, que solo es cuestión de paciencia para que aterricen las reformas propuestas por el ejecutivo y estas se reflejen dejando un peso en los bolsillos de los mexicanos, pero le repito… no hay motivos para confiar, más creíble es que estén pagando la reforma energética a ese precio, al de elevar a categoría de semidios a un triste mortal.
Dice el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que al aprobarse por el congreso las leyes secundarias por la reforma a Pemex y la CFE, allá a mediados de este año, se notarán las primeras reducciones en las tarifas de luz y en lo referente al costo del gas y la gasolina lo que suena más a una frase mediática y populista que a una realidad.
Por lo pronto, habrá que recordar que los gasolinazos se aplicaran todo el año, que continuará aumentando el combustible lo que seguirá provocando aumentos en cascada en muchos productos de la canasta básica, incluida el agua potable, servicio que prestan los municipios, luego de ello recordar que las inversiones no serán de generación espontanea, es decir, una empresa no invertirá y generará ganancias o prestará servicios de un día para otro, lo que significa que eso de los seis meses para que se noten reducciones en tarifas de luz y gas es una mentira piadosa o con ganas de ganar adeptos a la reforma energética que todavía muy pocos se tragan.
El caso es que México semeja un país bipolar, con locuras que dibujan a su presidente y sus políticos como los mejores del mundo y más allá, tanto que los reconocen en Europa y Estados Unidos y siempre afuera de su frontera pero el otro polo son las realidades al interior del país que hacen ver lo que se dice en el extranjero como sueños guajiros.
En otras cosas… un terremoto de 3.4 grados se registró en Tamaulipas, a 27 kilómetros al norte de la capital Ciudad Victoria, no es el primero, pero si el que más publicidad ha tenido. Antes se han registrado por lo menos otros cuatro, igual imperceptibles para la gente pero figuran en las bitácoras de Protección Civil del Estado.
Donde también se registró un temblor es al interior del partido Movimiento Ciudadano, sus próceres reclaman más dinero en pagó de los presuntos votos que le acarrearon a dicho organismo en la pasada elección local y por ello ya se disputan la dirigencia estatal que todo apunta quedará en manos del más gandalla de ellos, de Gustavo Cárdenas Gutiérrez.
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