Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Ramiro Hernández Llanas, originario de Nuevo Laredo, actualmente de 44 años, es uno de los 10 hijos de Martha Llanas Zamora, de 75 años.
Recolectaban fierro viejo, aluminio y vidrio para su subsistencia. Así o recuerda Martha Llanas Zamora, madre de Ramiro: «él es el que me hacía las pacas. El es el que hacía las pacas del cartón”.
Aún conservan la vieja camioneta Pick Up. También atendían un criadero de marranos.
Después, Ramiro trabajó como empelado de una tienda de abarrotes.
“No´más que esté grande, madre, me salgo de este trabajo, me voy pa´ otro trabajo para que tú ya no vayas a andar trabajando. Eso fue lo que él me dijo. Le dije, no, está bien, hijo”, relató la señora Martha.
Y fue entonces cuando decidió probar suerte en los Estados Unidos y se fue de “mojado”, cruzando a nado el río Bravo, recuerda la señora Martha.
Era el año 1997.
El 14 de octubre de ese año, Ramiro fue sentenciado a la pena de muerte por el homicidio de Glen H. Leich, un profesor universitario y abogado de Kerrville, Texas.
El próximo 9 de abril, cuando han transcurrido 14 años, recibirá la inyección letal en la cámara de ejecuciones de Huntsville, Texas, cuyo costo es de 71.50 dólares.
La inyección letal contiene tres sustancias:
Tipontal Sódico
Bromuro Pancurionum, un relajante muscular, y
Cloruro de Potasio, que detiene los latinos del corazón.
Ramiro será en segundo neolaredense que enfrenta la pena de muerte. En julio de 2008, José Ernesto Medellín Rojas, oriundo de Nuevo Laredo, fue ejecutado en Huntsville, a la edad de 33 años.
A Medellín Rojas se le responsabilizó, en 1994, del secuestro, violación y homicidio de Elizabeth Peña, de 16 años y de Jennifer Ertman, de 14, cometido en Houston, Texas.
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