CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Las redes sociales se saturaron de comentarios motivados por la ejecución en Texas, con inyección letal, de Edgar Tamayo que fue acusado de haber matado por la espalda a un joven policía hace 20 años, la gran mayoría contra el “gobierno asesino”, acusándolos de trogloditas, violadores de los derechos humanos y de todo lo que era posible e imaginable.
La verdad no existen elementos para pronunciarse a favor o en contra del ahora muerto y tampoco para festinar la pena de muerte, es más, se batalla mucho para justificarla desde lejos, sin ser la víctima o conocidos de la víctima.
Todo esto viene a colación porque la periodista Reyna Luna, que trabaja en la televisión de Estados Unidos, se pregunta “¿si en México existiera la pena de muerte, el problema actual de violencia seria el mismo?”, es decir, si se ejecutará a los delincuentes que no muestren indicios de que pueden ser reincorporados a la sociedad o que deban pagar crímenes atroces, ¿habría más o menos personas que cometieran delitos graves?.
La verdad es que es un tema complicado, además, con los índices de corrupción y la mala capacitación que tienen muchos policías y jueces mexicanos se cometerían excesos, aberraciones, se matarían inocentes nomás para despojarlos de sus propiedades, por delitos pasionales, o situaciones parecidas.
Igual la lógica nos obliga a preguntarnos si en Estados Unidos se vive seguro, si se acabaron los asesinos seriales, los locos que colocan bombas en escuelas o se dedican a ejecutar personas nomás porque andan bajo los efectos de las drogas o el alcohol, preguntarles si ya no tienen los salvajes racistas que violan niñas y las matan, entre muchas otras cosas.
Vamos más allá, sería bueno hacer un análisis de la situación de seguridad en países donde se les corta las manos a los ladrones, se capa a los violadores, se mata a los asesinos, se lapida a las mujeres que cometen adulterio, cierto, los delitos no desaparecen con o sin la pena de muerte, y más real es que aprobarla para que se aplique en México sería darle alas a las víboras del sistema judicial y de procuración de justicia mexicanos, sería igual que prestarles una pistola para que asesinaran a quien les diera la gana y con toda la impunidad del mundo, sería otorgarles una licencia para matar.
El ejercicio, sin embargo, vale la pena, es una pregunta inteligente, alimenta la reflexión poner sobre la mesa de discusión la aplicación de la pena de muerte en México, ya el Partido Verde Ecologista la propuso y la uso de bandera de campaña durante varias elecciones federales y nomás se han quedado en nada.
Es necesario, entonces, que PRI, PAN, PRD, y demás partidos políticos desquiten su salario, que se metan a hacer un análisis a fondo de la situación, que trabajen, discutan y aprueben leyes que nos permitan cada vez estar más en paz, más tranquilos como ciudadanos.
Le repito, en lo personal no me gusta la idea, pero la reflexión se debe llevar a la mente de todos los que han sido víctimas del delito, de todos los que hacen las leyes y las aplican, por ejemplo.
Ahora, es real que quienes han sufrido en carne propia delitos graves consideran que muchas personas merecen morir por sus actos cobardes, de abuso, que lesionan a niños, a niñas, a personas que no se pueden defender, y del otro lado estarán los familiares de los delincuentes llorando por perder a uno de los suyos, y en medio de todos ellos la gran mayoría que todavía se pronuncia en contra de la pena de muerte por considerarla un salvajismo, una brutalidad.
Quizá primero habría que agotar todas las ideas posibles para lograr nuestra paz, invertirle a las escuelas, a la salud, al desarrollo social, después, y ya con una sociedad y ciudadanos más perfectos, como la última posibilidad, tal vez sería necesario idear la aplicación de la pena de muerte en México, pero solo hasta que seamos mejores todos.
En otras cosas… ayer el gobernador Egidio Torre Cantú recordó a uno de los tamaulipecos ilustres, el General Pedro José Méndez, hombre visionario, un valiente que defendió la patria y que ofrendó su vida por todos nosotros, un punto bueno fue que la ceremonia se haya llevado a cabo en el mismo lugar donde fue abatido, Tantoyuquita en el municipio de El Mante, porque nos hace sentir que tenemos buenas raíces, que podemos ser mejores.
Más tarde el gobernador recibió a la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, con quien acordó más inversiones para Tamaulipas con el objetivo de cumplir los compromisos que el presidente Enrique Peña Nieto hizo en campaña, así, hablaron de un Hospital Integral de González, el de Río Bravo, el Centro Oncológico de Nuevo Laredo, el Hospital General de Valle Hermoso y finalmente el Hospital General Dr. Carlos Canseco, entre otros.
“Tan solo el año pasado en infraestructura hospitalaria se invirtieron poco más de 650 millones de pesos”, explicó el gobernador al colocar, junto con la Secretaria de Salud, la primera piedra de la remodelación y ampliación del Hospital Dr. Carlos Canseco en Tampico, uno de los compromisos del Presidente Enrique Peña Nieto.
La intensa gira de trabajo concluyó en Altamira, donde se expusieron los proyectos para este municipio y se saludó a la sociedad civil.
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