20 AÑOS DE TELECAN
Cuestión Pública
Por:luis lauro carrillo Soto
E Peña Nieto (Mex), B Obama (EEUU) y S Harper (Canadá)
Tamaulipas México.- Los acuerdos regionales para eliminar las barreras al comercio y la inversión, para facilitar la circulación de bienes y de servicios, en teoría deberían ser una ventaja para aquellos que los integran, de manera que cada uno aproveche esa liberación para ocupar espacios en la producción y mercados de sus socios.
Viene a cuento lo anterior por el Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado por Estados Unidos, Canadá y México, que cumplió 20 años (1994-2014), que en términos económicos ha sido un fracaso para México, porque ha generado más perjuicios que beneficios.
Cabe indicar que los críticos del TLCAN, lo señalan de haber afectado sectores clave de la industria nacional y del agropecuario, por su sensibilidad económica y política, así como por las grandes asimetrías, en dimensión, competitividad natural en algunos productos, orientación exportadora y, también, en los subsidios a los productores de esos países.
De ahí que ese sector tuviera periodos de 10 y 15 años de desgravación arancelaria, aumento gradual de las cuotas de importación y medidas específicas de acceso a mercados; de hecho, la apertura total en el marco del TLCAN se registró hasta 2008, cuando México abrió por completo las importaciones de maíz, frijol, leche y azúcar.
De tal suerte que con el TLCAN, las exportaciones agroalimentarias mexicanas aumentaron un 150 por ciento a los Estados Unidos, cuyos beneficiarios han sido un reducido número de productores de hortalizas y de empresas monopólicas dedicadas a la industria y comercialización de granos.
Aquí surge la pregunta obligada al cumplirse 20 años del acuerdo ¿Quién ganó y quien perdió con el TLCAN?
Según especialistas existen algunos sectores que han resultado muy beneficiados, como la industria automotriz y la de autopartes son de las principales ganadoras del Tratado. Pero el TLCAN también ha dejado víctimas como la industria del juguete y los productores agrícolas de granos y cítricos entre otros.
Está visto que el capitulo agropecuario del tratado no fue diseñado en interés de la agricultura tradicional de granos, sino en la presunción de su futura inexistencia. Por tanto el éxodo campesino o el balance negativo en términos de producción agropecuaria durante estos 20 años, es indicativo del fracaso de las políticas nacionales.
Por consiguiente el balance del TLCAN no puede ser favorable como pretende hacerlo creer la propaganda oficial. No lo es en volumen ni en valor de lo que se ah producido en México, ni la en la balanza comercial extrema, ni por supuesto en desarrollo Rural sustentable, es decir no solo productivo sino también social y ambiental.
Por otro lado solo el 2% de las unidades agrícolas del país participan en la exportación de sus productos, por cierto quienes se dedican a esas actividades se oponen a que haya más oferentes de frutas y hortalizas con el argumento de que saturan el mercado.
Así pues en contraparte de las exportaciones, la proporción de importaciones en el consumo nacional se ha triplicado en promedio de 10 paso a 33% de maíz, 55% en trigo; 95% en soya, 72% en arroz, 22% cebada y 55% de algodón.
Tengamos presente que el TLCAN no ha creado las condiciones de desigualdad y pobreza rural, sino que ha contribuido a su profundización. De acuerdo a la encuesta nacional de ingreso gasto de los hogares, el 60% de la población rural debajo de la linea de la pobreza moderada y la población rural extrema aumento en más de ocho millones de personas.
Por otra parte el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió A transformar el marco jurídico del sector agropecuario durante el acto en que se conmemoró el aniversario 99 de la promulgación de la primera ley agraria.
En otro tenor el 19 de febrero del actual en Toluca Edomex tendrá verificativo, la reunión trilateral entre los presidentes Enrique Peña Nieto(MEX), Barack Obama(EEUU) y el primer ministro Stephen Harper (CANADA), para relanzar el TLCAN tendrá su eje en la posibilidad de articular la explotación de gas que tienen los tres países.
En definitiva el TLCAN ha cumplido sus primeros 20 años, particularmente en el rubro agropecuario, ha sido un fracaso, no ha mostrado plenamente los impactos ni beneficios. Lo que México ha evidenciado es una acelerada norteamericanización de sus modelos culturales y el giro conservador y neoliberal de su poder político dominante que se sustenta desde 1994.
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