Peña Nieto…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
El gobierno de Enrique Peña Nieto marcha al mismo ritmo del sexenio de Felipe Calderón en cuanto a ejecuciones, inseguridad, desempleados, y crecimiento de la pobreza, los datos duros, y más la percepción de la gente, no permiten engañarnos.
Sin embargo Enrique Peña Nieto ya salvó, sin temor a equivocarnos, el sexenio, lo hizo con las reformas de fondo que ha realizado de las leyes en materia de transparencia, lo referente a la Ley del Trabajo, y por supuesto, la reforma Educativa.
Ahí, en esas tres reformas, se sientan las bases para hacer un México moderno, más equitativo, con mayores posibilidades de salir de la pobreza para los niños a los que hoy no se alcanza ni para darles de comer tres veces al día.
La receta para salir de pobres es sencilla, más y mejor educación, en un título universitario radica la posibilidad de conseguir un mejor empleo o crear una empresa propia que procure más dinero a una familia, dinero que significará un mejor acceso a la salud, y por supuesto, más comida, mejor vivienda, por eso le digo que la reforma educativa salvará el sexenio de Enrique Peña Nieto, ahora falta el segundo paso, que la gente obligue a cumplirla al pie de la letra, obvio, tomando en cuenta actuales condiciones y dándose un plazo prudente para no dañar a nadie.
Cierto, es muy criticable la reforma hacendaria, tiene errores garrafales que pueden transformar la frontera en un cinturón de pobreza e inseguridad al irse perdiendo los empleos formales y espantar la inversión extranjera, creando condiciones de poca competitividad para los nuestros en relación a los gringos.
Más complicada, y con mayores daños a los que menos tienen, se antoja la reforma que se propone en materia energética, porque es tendiente a quitarle la gallina de los huevos de oro al gobierno para entregársela a los saqueadores de la nación, a los cómplices, a los amigos del poder.
Mismamente será complicada la reforma política y electoral que se avecina, pretenden acabar con la autonomía de los Estados, retroceder en la democracia, y encarecer más la misma, peor aún, pudiera significar el retorno del centralismo de los años 70s, y crean un sistema de gobierno que estanque el desarrollo del país con un Congreso oponiéndose al presidente cuando no le toque dinero u obras a sus querientes.
Sin embargo será la educación, el sacar de la ignorancia a la gente y el darle herramientas para competir, lo que nos permitirá ser mejores, seguirá, ya con conocimientos, discutir a más alto nivel el rumbo de México, actuar como ciudadanos.
Sí, sí, tiene razón, estamos hablando de un proceso que se llevará 15, 20 años, toda una generación, y si este gobierno no quiere o no puede aplicar todo lo que apunta la ley educativa pues estaremos hablando a 25 años, pero de otra forma la sentencia era ser pobres de por vida, mancillados en todos nuestros derechos humanos, y sin la menor posibilidad de salir de ese hoyo.
Va un año del gobierno de Enrique Peña Nieto, 365 días, un gobierno que tiene cosas muy buenas, excelentes, pero que no se notarán si se empecinan en seguir golpeando a los más pobres nomás para sacar más dinero, que lamentablemente se está manchando por la voracidad de los de siempre, que lamentablemente sigue empecinado en favorecer las complicidades, que lamentablemente todavía no se nota en materia de seguridad pública.
En otras cosas… corría el año de 1998, Tomás Yarrington Ruvalcaba se apuntaba como el precandidato a la gubernatura con más fuerza, con la bendición y todo el presupuesto del Estado a favor, y en esa tesitura en, su terruño, Matamoros, parecía alineado a su persona, presumía, entre los que se sumaban a su causa, a su mejor amigo, a Rafael González Benavides (ahora propuesto como futuro dirigente del PRI estatal) y lo presumía por ser hijo del mítico dirigente obrero Agapito González y su presencia en la región
Y sí, Rafael se reconocía como uno de los mejores amigos de quien luego fue gobernador, todo iba bien para quien puso de moda las camisas de tono azul hasta que del centro del país decidieron competir contra Cavazos y contra Yarrington y lanzaron a su carta fuerte, a Marco Antonio Bernal Gutiérrez, de inmediato las cosas cambiaron, Rafa, que será el futuro dirigente del PRI estatal sino cambian la pichada, cambio de camiseta casi de forma inmediata para entregar su “fuerza política” al ahora Diputado Federal y todavía con posibilidades (casi nulas, pero con posibilidades al fin) de ser candidato a gobernador del Estado.
Se dice que Rafael González Benavides fue convocado por parte del equipo de Yarrington, personeros pues, le preguntaron si había dejado de ser amigo, y la respuesta de Rafa fue contundente, lacónica, “Tomás es mi amigo, pero Marco es mi hermano”.
Así las cosas, y con la historia en la mano, en el PRI Tamaulipas tendrá que pensar bien su futuro, analizar si con Rafa están unidos por una amistad o si alcanzaron el grado de “hermanos”, no vaya a ser que a la hora de las definiciones otra vez el centro caiga en la tentación de competir y la cabra, como siempre, tire al monte…
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