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EL PACTO METROPOLITANO DEL SUR

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HIPODROMO POLITICO
Por: Carlos Gerardo Cortés García

Uno de los grandes retos de las administraciones municipales es dar resultados a los ciudadanos en un periodo de tres años, que son muchos para no hacer nada y pocos para hacer todo lo que se requiera.

Y los alcaldes que llegaron el pasado primero de octubre ya se comieron tres meses, muchos de ellos sin presupuesto para obras espectaculares. En Tampico, Madero y Altamira, ha habido mucho trabajo pero ha faltado el recurso. La pregunta, entonces, es ¿cómo hacer lo extraordinario?

Y la respuesta es clara y probada. En el caso de la zona metropolitana del sur de Tamaulipas, los alcaldes deben de establecer un Pacto Metropolitano, que no sólo incluya a los presidentes municipales, sino a prácticamente todos los actores políticos, e incluso a aquellos que con chapucerías y amparos buscan a como dé lugar frenar el desarrollo de la zona.

Para no irnos muy atrás, y como Usted recordará, con esa estrategia Mario Leal intentó frenar el desarrollo del Hidrotúnel, emberrinchado porque el PRI, su partido, no le dio la candidatura a la Presidencia Municipal de Tampico, en un momento en que era clave que el tricolor eligiera a un buen candidato, como lo hizo en la persona de Gustavo Torres Salinas.

La ventaja hoy de la zona metropolitana es que los tres alcaldes tienen un mismo origen, lo que no ha ocurrido en otros tiempos en que ese origen desigual ha dado motivo a cometer excesos y barbaridades causando la hilaridad y la vergüenza.

Recuerdo que allá por 1997, Tampico era gobernado por Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere, emanado de las filas del Partido Acción Nacional; Ciudad Madero, por Jorge Mario Sosa Pohl, del PRD y Romana Flores Rivera mandaba en Altamira, emanada de las siglas del Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional. En ese trienio, mientras que el Ayuntamiento de Tampico pavimentó la mitad de la calle de la Central Camionera, Rosalío Bustamante, porque sólo un carril corresponde a Tampico, el otro, el que corresponde a Madero parecía producto de una guerre mundial: baches por aquí y baches por allá.

Y de la divisoria de Altamira, aquella cuya mitad correspondía a Tampico, se rebautizó con el nombre de Burton Grossman, se reconstruyó a base de concreto hidráulico y se le iluminó. Y el otro cuerpo de la Avenida, que correspondía al Ayuntamiento de Altamira, ese estaba sin pavimento y su nombre era Juan de Villatoro.

Y éste anécdota retrata perfectamente bien lo que ocurre cuando las administraciones conurbadas no son del mismo partido y sus gobernantes no se llevan bien, o cuando mucho se toleran.

Por ello, hoy creo que si los alcaldes de Tampico, Gustavo Torres Salinas, de Ciudad Madero, Esdras Romero Vega y de Altamira, Armando López Flores, quieren pasar a la historia por sus hechos y sus logros en beneficio de sus respectivos ciudadanos, deben construir un pacto, una alianza sólida, fuerte, de resultados y de largo plazo.

Así lo demostró el Presidente Enrique Peña Nieto quien con el Pacto por México sacó adelante 12 reformas, históricas diría yo, tomando en cuenta que durante casi 20 años no se logró ninguna reforma estructural e importante. Y el Presidente Peña, estableciendo acuerdos con los actores políticos, en 12 meses, sacó adelante 12 de esas reformas. De que sean buenas o malas, ese será otro capítulo, pero de que el logro es importante, es muy importante y representa un hito político en la historia del México contemporáneo.

Así pues, en lugar de que cada alcalde borde en solitario, si juntos establecen 10 proyectos metropolitanos importantes y los tres tocan las puertas del Gobierno del Estado, del Gobierno Federal, de los organismos internacionales y bajan recursos a fondo perdido, seguramente en tres años la Zona Metropolitana del Sur de Tamaulipas, tendrá otra cara. Y de que en la zona hay gobernantes con liderazgo los hay.

De otra forma, si cada quien jala para su lado, corren el riesgo de pasar a la historia como muchos de sus antecesores quienes son mal recordados por un trabajo mediocre y pusilánime, como el caso de Juan Manuel Hernández Correa en Ciudad Madero, quien no hizo nada por lo que se le recuerde… Bueno si hizo algo, pero ese será tema de otra colaboración.

PD. 1. A nombre de mi esposa, mis hijos y del mío propio, le deseo que esta noche buena sea el nacimiento de innumerables bendiciones para Usted y su familia, y que el amor y los buenos deseos inunden su corazón.

Es todo por hoy en el Hipódromo. Cualquier comentario será bien recibido en carlos.cortesg@hotmail.com

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