Política

La Comuna

500: la clave del futuro electoral de Tamaulipas

José Ángel Solorio Martínez

Nadie me lo contó.

Lo he visto.

Es un fenómeno que pudiera ir en proceso de desaparición; pero, aún existen remanentes de esa práctica.

Comento: resultados electorales, en las actas de escrutinio de casillas, que pudieran parecer sorprendentes; cifras de 850 votos, a favor de un partido contra cero del otro contendiente.

¿Cómo es eso?

Hay varios elementos que colaboran para la generación de aquellos, no tan atípicos, resultados: la ausencia de representantes de mesas receptoras o la presencia, de RC sin pericia; funcionarios de casilla bajo estipendio de algún candidato y la permisividad de la autoridad electoral.

Siendo conservadores, dejemos en 500 votos como promedio en casillas en donde los elementos externos a una votación legal, son reemplazados por la picardía y el desaseo electoral.

¿Son pocos 500 votos?

Como todo es relativo –ya lo dijo el sabio–, digamos que depende del umbral del triunfo o de la derrota en una jornada electoral.

Bajo ese esquema, llevando siempre el espectro de la duda en medio de todo razonamiento político-electoral de la región, digamos: en esos 5 centenares de mesas electorales, se podrían acopiar 250 mil votos.

¡250 mil votos!

Casi nada: ¡más de 15 puntos de la elección!

Justo lo que el promedio de las encuestas da por hecho obtendrá el ganador de la contienda por la gubernatura.

Ni el Truco Verástegui ni Américo Villarreal Anaya, deben confiar en la fuerza que han mostrado en sus multitudinarios cierres de campaña. Los números finales de la elección, configurarán los escenarios por venir, a la postre del 5 de junio.

No se ven otros paisajes sociales:

1.- El triunfo aplastante de un candidato, que dejaría inhabilitado al otro candidato para protestar con éxito en la pos-elección.

2.- El gane cerrado de un aspirante, que abrirá la puerta del infierno de una pos-elección al filo de la butaca: inconformidades de todo tipo, –excesos de gastos de campaña, intromisión de servidores públicos en la campaña, acusaciones penales a servidores públicos, etc.– que le darán tintes de ingobernabilidad a un proceso de final intenso. Ello, daría la oportunidad a los órganos electorales de la federación –INE, TRIFE– a decidir sobre la elección, soslayando lo dicho por los tamaulipecos en las urnas.

Si hay dudas, de lo dicho, saque su lápiz y haga cuentas.

Las matemáticas no mienten: en 500 casillas, se podría definir el futuro del proceso comicial de Tamaulipas.

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