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Elba Esther espera vientos desfavorables a EPN para disfrutar de un “retiro cómodo”: The Economist

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Como lo hizo su antecesor Carlos Salinas de Gortari con Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, Enrique Peña Nieto montó un espectáculo entorno al arresto de Elba Esther Gordillo (concentrando la atención en sus bolsas de diseñador y sus propiedades de lujo) pero no ha indagado si la corrupción que ella representó sigue dentro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), dice un texto de la influyente revista británica The Economist.

Y como “La Quina”, “La Maestra” Gordillo está esperando un cambio de vientos políticos para disfrutar de una jubilación cómoda, agrega la publicación. Mientras, el gobierno de Peña Nieto sigue apoyando a los líderes corruptos siempre y cuando ellos, a su vez, apoyen al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Las tropas derribaron su puerta con una bazooka. En el interior el ejército encontró 200 ametralladoras Uzi y 30,000 cartuchos. Uno de los principales cargos presentados contra el líder del sindicato más poderoso de México fue gangsterismo. En la detención (enero de 1989) de Joaquín Hernández Galicia, el veterano dirigente del sindicato de trabajadores petroleros, se jugó hasta el máximo efecto dramático, ya que estaba destinada a ser el inicio de una cruzada incansable por la modernización económica de México. Carlos Salinas de Gortari, el nuevo Presidente débilmente apoyado, se enfrentó contra uno de los símbolos de la corrupción en el México antiguo que estaba tratando de reformar”, dice The Economist.

Casi 25 años más tarde, “Hernández Galicia, conocido como ‘La Quina’, falleció a los 91 años después de ser liberado de la cárcel en 1997 en virtud de una amnistía. Debe haber sido un gran consuelo para él, en su vejez, que el señor Salinas estuviera en el exilio al momento de su liberación, y rara vez regresara a México. Es tal vez apropiado que Hernández haya muerto justo cuando el gobierno se ha embarcado en una reforma de la industria petrolera, cuyo monopolio –que ordeñó para su propio beneficio durante varias décadas hasta su arresto– peleó con uñas y dientes”.

Pero la muerte de “La Quina” difícilmente es el fin de una era, agrega The Economist. “El poder del sindicato que una vez representó –el poder de vivir muy por encima de la ley y que sólo el Presidente pudiera destruir– sigue vivo. La Reforma Energética propuesta, que se debate actualmente en el Congreso, no incluye ninguna disposición para disminuir el poder del sindicato de trabajadores petroleros”.

Su líder, Carlos Romero Deschamps, puede no ser tan poderoso como ‘La Quina’ en el apogeo de su control sobre Pemex, la compañía petrolera estatal. “Pero gracias a las redes sociales, en donde su hija ha publicado fotos de sí misma volando en aviones privados y con sus bulldogs en ​​hoteles de lujo, [se sabe que] Romero aparenta ser igualmente rico”, dice la publicación.

“Y al igual que en los tiempos de ‘La Quina’, los presidentes siguen ennobleciendo a los dirigentes obreros y dejando intactas las estructuras de sus sindicatos, siempre y cuando sigan apoyando al Partido Revolucionario Institucional (PRI). En febrero, el Presidente Enrique Peña Nieto tomó una hoja del libro del señor Salinas y arrestó a Elba Esther Gordillo, presidenta del sindicato más grande de maestros (SNTE), poco antes de [presentar] la reforma del sistema educativo. Ella está en la cárcel, del sindicato se hizo cargo un ayudante”.

Sin embargo, desde su detención no ha habido ningún intento de examinar si la malversación de fondos se la que se le acusa se ​​extiende por todo el sindicato, señala The Economist. “En cambio, como las Uzis de ‘La Quina’, todo el foco ha concentrado en los bolsos de diseño de la señora Gordillo, sus casas de lujo y los viajes de compras a Nieman Marcus antes de su caída.

Sin duda, ella también tiene la esperanza de que los vientos políticos eventual den un golpe al señor Peña para poder disfrutar de una jubilación cómoda. A menos, claro está, el gobierno finalmente comience a hacer a los propios sindicatos honestos y responsables. Sólo entonces ‘La Quina’ será realmente parte del pasado de México”.

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