#Año1EPN | La violencia se disparó en siete entidades: analistas; “estamos igual que con Calderón”, reclaman

A unas horas de que Enrique Peña Nieto cumpla un año al frente de la Presidencia de la República, el balance de su administración se queda entre las reformas y la falta de avances en cuestión de seguridad, según analistas entrevistados por medios internacionales. Por un lado, un reporte de la BBC destaca las expectativas e incertidumbres que la llegada de Peña al poder implicaba, además de por su juventud y carisma, por el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la silla que perdió durante doce años de gobierno panista.

Cita a la la politóloga y profesora del Colegio de México, Soledad Loaeza, quien dice que el llamado “nuevo PRI” es de naturaleza híbrida pues conserva aspectos del partido que gobernó al país por 70 años pero que también asumió algunos de los cambios que ocurrieron durante sus 12 años fuera.

En cuanto al tema de seguridad, se menciona que una de las principales promesas durante la campaña de EPN fue la de reducir los índices de violencia, los cuales no han tenido una baja significativa, sin embargo, la percepción sí ha cambiado, pues “el constante bombardeo de información violenta en los medios de comunicación ha disminuido”, y da mayor sensación de tranquilidad a la población, según la experta. No obstante, no se ven cambios materiales, como la prometida retirada del Ejército de las calles y la creación de la Gendarmería Federal.

En el mismo aspecto, el diario español El País señala que la inseguridad está casi en los mismos términos que hace un año, heredada de la estrategia contra el narcotráfico implementada por Felipe Calderón Hinojosa durante su sexenio. Destaca entonces los casos de Michoacán, donde actualmente las pugnas entre cárteles, autoridades y guardias comunitarias mantienen tensión; Tamaulipas, que permanece como uno de los estados más peligrosos, además de que en Tabasco, Morelos, Guerrero, Coahuila y Nuevo León han aumentado sus índices de secuestros y asaltos.

“El Distrito Federal, antes considerado un caso atípico en un país anegado de violencia, vio convertirse al 2013 en el lugar de secuestros masivos, aumento de homicidios y corrupción y abusos policíacos”, menciona Salvador Camarena en su artículo en El País. Ambos diarios coinciden en que lo más destacado durante el año de gobierno de Peña son las reformas propuestas desde el inicio: Educativa, Telecomunicaciones, Financiera, Fiscal, Política y Energética.

Éstas, en conjunto con la ahora tambaleante unión con las dos principales fuerzas políticas de oposición, el Partido Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), en el Pacto por México, dieron a Peña “lo más cercano a un gobierno de coalición”, se lee en el periódico español. Sin embargo, las reformas próximas a discutirse y otras que han encontrado su mayor oposición en las calles -como la educativa y la energética- no tendrán beneficios inmediatos hacia la población.

Nicolás Loza, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dice a BBC: “ninguna de estas reformas implica beneficios inmediatos para la población. La Reforma Educativa, si prospera, traerá cambios en cuatro o cinco años. La Reforma de Telecomunicaciones puede producir beneficios quizá en un horizonte menos distante, y la economía tiene un crecimiento mediocre, por abajo incluso del crecimiento de la población”.

Por su parte, Camerana escribe “la capacidad de Peña Nieto para aprobar reformas está demostrada. Que estas se conviertan en el factor de cambio para México, no”. Y aunque faltan 5 años de uno de los gobiernos con mayores protestas y descontento social, lo que falta es , dice El País, ”hacer que las nuevas reglas transformen las inercias en un país donde no importa quién gobierne o qué se reforme, siempre ganan los mismos”.