Nuevo LaredoZona Norte Tamaulipas

Pandemia los separó; viven el reencuentro

Con la apertura de los puentes en esta frontera también se reabrió la esperanza de aquellas familias que anhelaban cruzar por un esperado abrazo.

Eso le sucedió a Norma Lidia Espinoza, quien después de un año y ocho meses pudo volver a estrechar las manos de su madre, su hermano y las de sus hijos.

“La verdad estaba muy triste porque no estaban ellos conmigo, pero el día que los vi me sentí muy feliz, muy contenta de que los pude abrazar, tocarles su cara, ya extrañaba todo de ellos”, expresó Espinoza, quien radica en Laredo, Texas, y por procesos migratorios no puede cruzar a Nuevo Laredo.

Fue el 21 de marzo del 2020 que las fronteras se cerraron parcialmente para viajes terrestres no esenciales, buscando reducir la propagación del covi 19, lo que dejó imposibilitados de un día a otro a miles de mexicanos y fronterizos, no sólo para cruzar la frontera con objetivos turísticos o comerciales, sino también impidió a muchas familias el acostumbrado cruce fronterizo para encontrarse y verse al otro lado del río, esto durante 597 días.

DÍA DE FIESTA

Norma Lidia recuerda el día del cruce de sus seres queridos como un momento muy especial, incluso preparó platillos especiales para recibirlos.

“El primero que cruzó a verme fue mi hijo a quien tenía ya casi dos años de no ver, me sentí muy feliz, no podía creerlo cuando lo miré, lloré de emoción y ese día le preparé lo que más le gusta, sus papas con queso y salsa, tortillas de harina y en la tarde, un pozole.

Ayer sábado la familia Reyna Espinoza lo consideró “un día de fiesta”, por lo que se reunieron nietos, hijos y abuelos para prender el asador y celebrar que, nuevamente, después de tanto tiempo, tienen casa llena.

VIDEOLLAMADAS

Millones de personas en toda la franja fronteriza dejaron de pasar “al otro lado”, alguien más que se unió a estas cifras fue Sandra Luz Rangel, quien, ante la imposibilidad aprovechó el uso de los recursos tecnológicos.

“Hacíamos videollamadas y eso ayuda, pero no es lo mismo, yo la quería abrazar y cuando llegó ese día fue algo muy emocionante y muy bonito porque llegué de sorpresa y se alegró mucho”, comentó.

Antes de que transcurrieran estos últimos 20 meses, Sandra Luz acostumbraba visitar al menos una o dos veces por semana a su mamá, pero las restricciones lo volvieron complicado.

“Es una situación difícil porque mi mamá está enferma del corazón y yo quería estar con ella, pero no se podía”, explicó sobre su madre María, quien tiene 87 años.

La interrupción parcial de los cruces fronterizos afectó la dinámica cotidiana de muchas personas, en este caso, madre e hija estaban acostumbradas a verse para platicar, reír rememorando buenos momentos y jugar lotería en familia, hoy es una realidad que nuevamente volverán a vivir, pero saben que la vida ha cambiado después de la pandemia.

“Fue una alegría tremenda volver a abrazarla, es un momento que no cambió por nada y que voy a atesorar para siempre, porque todavía tengo la bendición de tenerla conmigo”, indicó Sandra Luz.

POR PRIMERA VEZ

Para la familia Amaro Gutiérrez uno de los momentos de más gratitud este año fue la llegada de un nuevo miembro a la familia, el pequeño Ian Alexander, Sin embargo, el cierre de los puentes no permitió que lo conocieran en persona durante sus primeros 6 meses de vida.

“Mi hermana nos anunció su segundo embarazo poco antes de que iniciara la pandemia y como cerraron los puentes no pudimos verla durante todo ese proceso, ni pensar en un baby shower”, explicó Zahra Amaro sobre la llegada de su sobrino.

Un momento complicado para la familia fue cuando el embarazo se tornó de riesgo y debido a las restricciones no los dejaron pasar, ni siquiera a la abuela del niño, Gracia Gutiérrez, quien pidió un permiso para acompañar a su hija en ese momento, pero le fue negado. Afortunadamente todo salió bien y recientemente llegó el día para la familia, no solo de un reencuentro, sino también de conocer por primera vez al pequeño Ian.

Notas relacionadas

Botón volver arriba