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Ramón Garza tiene alzheimer

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Oscar Contreras Nava

El geñista Ramón Garza Barrios no tiene memoria, vergüenza ni mucho menos moral política para cuestionar el proceder del ex presidente municipal de Nuevo Laredo, Benjamín Galván Gómez.
Y es que aún se recuerda que Garza Barrios heredó una deuda de más de mil 600 millones de pesos, la cual está considerada como una de las cinco más grandes deudas en la historia de los municipios de México.
Por esta razón, Benjamín Galván no pudo hacer obra pública ni realizar una gran obra que distinguiera a su gobierno municipal, porque se la pasó ahorrando para pagar alrededor del 40 por ciento del pasivo que Garza Barrios le dejó.
Así que Ramón debería agradecerle a Galván Gómez que no haya ventilado públicamente las irregularidades encontradas a su administración, y además, que nunca las denunció ante las autoridades judiciales.
Por cierto, Ramón Garza no debe quejarse porque tuvo la oportunidad de imponer a Héctor Canales como diputado local y este a su vez, estando dentro del Congreso como presidente de la comisión que vigila el proceder de la Auditoria Superior, le cubrió sus manejos financieros y hasta le aprobó sus cuentas públicas, sin permitir que el PAN y el PRD tuvieran acceso a las mismas. ¿Qué les parece?
Es más, esta es la misma razón por la que Ramón Garza Barrios en la pasada elección buscó que uno de los suyos se quedara al frente de la alcaldía, y como no pudo imponer a nadie por el PRI, hizo “berrinche” y apoyo a su ex colaborador, Carlos Cantú Rosas Villarreal, para que se la jugara por Acción Nacional y ganó.
Con ello, tendrá la oportunidad de seguir manipulando nuevamente las finanzas municipales y aunque usted no lo crea, Roberto Herrera Juárez, quien en su momento fue su contralor en la administración municipal, ahora es el actual tesorero de Cantú Rosas. ¿Como ven, eh? Todo queda en familia… ¿O no?
Pero bueno, siendo un poco ilustrativos le comentamos que un reporte de la Auditoría Superior de la Federación nos indica que Nuevo Laredo pasó de deber 149.3 millones de pesos en 2006, a un mil 193.6 millones a principios de 2010.
Esto equivale a una deuda ocho veces mayor a la que se tenía y algo similar a la que el ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba dejó cuando terminó su gestión en 2004. Aunque cuando Ramón Garza entrego la administración, esta misma deuda ya sumaba un mil 650 millones.
Pero bueno, el trienio de Garza Barrios se caracterizó por tener un exceso de gasto operacional o gasto corriente y una elevada dependencia de los ingresos federales, mientras sus ingresos propios se contrajeron.
Por esto mismo el déficit que dejó Garza Barrios a Galván Gómez impactó fuertemente sus finanzas ya que recibió una deuda de un mil 650 millones de pesos y un presupuesto para 2011 por un mil 391 millones y esto pues simplemente no checa, porque para ese año tenían que destinarse a la deuda 850 millones y sólo les quedarían alrededor de 500 millones de pesos para ejercer en obras y acciones. ¿Cómo la ven, eh?
En fin, estamos de acuerdo que Benjamín Galván le faltó hacer un mejor gobierno, pero no sabemos cómo lo podía hacer mejor si Ramón Garza Barrios dejó endeudado al municipio por más de una década y ahora sale con el cuento de que es vergonzoso lo que pasó, que las derrotas fueron un voto de castigo porque el PRI se alejó de la sociedad.
¡Qué bárbaro!… Más cínico y descarado no puede ser. Pero bueno, todo indica que tiene principios de alzheimer y esperamos que ahora el PRI no lo vaya a poner de candidato a la diputación federal, porque si antes no se llevó el monumento a los Fundadores fue porque Dios es muy grande, pero ahora como ya sabe que nadie le hace nada, es capaz de llevárselo ahora sí a su casa. Ni más ni menos.
Para finalizar, ya nos enteramos que el Consejo General del IFE discutió más de cinco horas la aprobación del proyecto de redistritación territorial en el país, y este fue rechazado por siete consejeros contra uno, debido a que argumentaron que la nueva distribución electora es “innecesaria y precipitada” y vulnera los principios de eficiencia y eficacia de tal manera que postergar su aprobación no afectará las elecciones federales.
Así que todo sigue igual. El distrito noveno electoral federal que se tenía proyectado para Tampico y 11 secciones de Altamira, ha quedado postergado para su creación hasta el año 2018.
Al cierre. Si el alcalde de Tampico, Gustavo Torres Salinas, ha empezado a ventilar las irregularidades que dejó la maestra Magdalena Peraza Guerra, esperamos que vaya hasta el fondo y se encuentren a los culpables de las ocho obras, con un valor superior a los 16 millones de pesos, que aparecen como hechas y no fueron realizadas.
Que de esto no se haga un escándalo, que se ejerza la ley y se llegue hasta las últimas consecuencias, porque así como lo hace con ella, como bien dicen por ahí… cómo me ves, te veras.

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