CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Los exhibió el agua…
Nomás para demostrar que se pueden burlar de la gente pero no de Dios, ni de todo el mundo, Ingrid llegó a exhibir las trapacerías de casi los 43 alcaldes de Tamaulipas, a otros ya los había arrastrado al descredito su ineficiencia y voracidad.
Se van la próxima semana y por poco lo hacían en la impunidad, pero llegó la justicia divina en forma de lluvia a llamarles a cuentas, así se descubrió como hicieron negocio con todo, o casi todo, que quizá no es lo mismo, pero como dice el poeta Silvio Rodríguez, es igual.
Se cayeron puentes, los vados resultaron insuficientes, aparecieron baches en los baches para terminar en hoyos que resultaron tumbas de autos, y más aún, muchas de las obras que no funcionaron se acababan de entregar por las presentes administraciones municipales, le repito, estas que se van la próxima semana.
Desde luego, muchos alcaldes actuaron de buena fe o trabajaron con el presupuesto que tenían a la mano que, ya lo sabe, siempre resulta insuficiente y por lo tanto no podían hacer cosas mejores, en esos casos, por supuesto, la urgencia es que llamen a las empresas que construyeron las obras para que las repongan o por lo menos reparen los daños, o que expliquen en donde estuvo el detalle.
Fue mucha agua, ayudó a que la totalidad de los alcalditos no se vayan sólo con el presupuesto sino que también se llevaran cientos, o quizá miles, de recordatorios maternales por no hacer las cosas en forma correcta o permitir que las empresas hicieran lo que les vino en gana.
Cierto, también despertó la solidaridad de los tamaulipecos, y más aún, sirvió para que el gobernador Egidio Torre Cantú tenga un diagnóstico más claro de lo que le urge al Estado.
Lo mejor para los tamaulipecos lo vimos en la semana, fue observar como poco a poco cambio el discurso el gobernante para hacerlo más real hasta hablar, como siempre lo ha hecho, de manera llana y a veces hasta cruda, tanto que incomoda a veces a sus colaboradores pero que el pueblo agradece porque nota la sinceridad, vea si no.
“La mayor importancia de las obras de reconstrucción es hacerlas de mejor manera para que ya no vuelvan a fallar de la misma forma si se presenta fenómenos similares”, les recetó el viernes en la reunión de Evaluación del Consejo Estatal de Protección Civil, y en una entrevista de ayer domingo porque ha de saber que no ha dejado de estar en territorio, ahí donde se necesita.
Egidio Torre fue más allá, habló del futuro como un hombre de Estado y no como cualquier político que resuelve lo inmediato, se toma muchas fotos, se hace aplaudir por su gente, y a los tres años, o dos, o cuando se le caigan sus obras de relumbrón ya no lo encuentren.
“El otro tema es empezar a aterrizar las grandes obras de prevención para poder mitigar los efectos de perturbaciones o fenómenos meteorológicos como el que tuvimos aquí, estamos hablando de el gran sistema de evacuación de agua pluvial, es decir para que el agua que cae que salga rapidito, evitar que la que escurre tenga efectos fuertes y necesitamos empezar a trabajar en el menor tiempo posible”.
Esas son las palabras de Egidio Torre Cantú, de un gobernante que no evadió la realidad, aceptó que muchas obras del pasado se hicieron sin la debida calidad, e incluso que resultaron obras de ornato porque no sirvieron para el objetivo que perseguían.
Ahora, es obvio que sus colaboradores deben estar a la altura porque necesitaremos excelentes gestores de recursos, más porque ya el presidente de la República Enrique Peña Nieto habló de que los 933 mil millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales no alcanzaran para la magnitud del daño causado por Ingrid en esta región y por Manuel en el Pacifico.
En ese sentido se necesitan personajes que vean lo mismo que el gobernador, que puedan pedir adelantos para las urgencias, que puedan diseñar buenos proyectos para las obras de prevención, que puedan resolver los problemas inmediatos de alimentación, sanidad, y demás.
Ingrid, le repito, dejará buenas cosas, no será necesario que vengan funcionarios federales a decirnos que las obras del pasado están mal hechas, o que tienen problemas, como ocurrió el viernes, eso nosotros lo vemos y es claro que para el futuro las cosas se ven diferentes.
También Ingrid nos dejó la enorme oportunidad de medir bien a los alcaldes de hoy, a sus funcionarios, y a los constructores que les apoyaron en la obra pública, muchos de ellos no sirven, a otros los chamaquearon, y los más gritan a los cuatro vientos que requieren más presupuesto los municipios.
Por supuesto, agradecer la enorme solidaridad de empresas particulares, de organismos como la Cruz Roja que en coordinación con el DIF estatal tienen una colecta de víveres y otros apoyos para damnificados, también de partidos como el PAN, de la CNC, del Congreso y algunos diputados como Monserrat Arcos, y de interminables personajes de la vida política y social de Tamaulipas que pusieron su granito de arena.