10 CLAVES | “Ingrid” y “Manuel”: La unión que desquició a gobernadores y puso en jaque al sistema
El paso de los ciclones “Ingrid” y “Manuel” por tierras mexicanas no sólo dejó al menos 101 muertos, 68 desaparecidos, miles de damnificados y daños en 24 estados del país, siendo el más afectado Guerrero.
Ambos también protagonizaron un hecho histórico, ya que desde hace al menos tres décadas no tocaban México, al mismo tiempo, un huracán y una tormenta tropical, lo que puso a las autoridades en jaque, llevó la tragedia a miles de hogares y dejó al descubierto la ineficiencia del gobierno para actuar ante este tipo de desastres y errores de administraciones anteriores. Los deslaves en la Autopista del Sol que fue inaugurada en 1993, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, y se convirtió en la vía para conectar a la capital del país con el Puerto de Acapulco.
Esta carretera tuvo un costo de 1.7 billones de pesos y fue de las primeras financiadas con capital privado, pero después del llamado “Error de diciembre”, en 1994, tuvo que se rescatada por el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León. Las lluvias ocasionadas por la tormenta tropical “Manuel” el cierre de al menos 100 kilómetros de la autopista y los derrumbes que se presentaron en la misma, sacaron a la superficie los materiales de mala calidad con la que fue construida. Estos meteoros también pusieron en la palestra a los gobernadores de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.
Al primero, según columnistas, por no haber aprendido la lección del huracán “Paulina”, que tocó tierras guerrerenses cuando Aguirre era Gobernador. La Comisión Nacional del Agua, advirtió 72 horas antes de que estos meteoros tocaran tierra de la cantidad de agua que dejarían a su paso y del riesgo que significaban para las entidades donde tocarían tierra. Sin embargo, sólo los estados de Tamaulipas y Veracruz tomaron en serio la advertencia.
El Gobernador de este último estalló en cólera luego de llevar maquinaria a la comunidad de Altotonga. Los pobladores le exigieron que ayuda para satisfacer sus necesidades básicas, por lo que estalló en cólera y abandonó el lugar. La Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación y su titular, Luis Felipe Puente, también quedó en evidencia al no tomar las acciones preventivas que pudieron haber evitado la pérdida de vidas.