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Urgen a invertir en exploración

920_32_ri_07_08_13En una semana ocupada por la discusión y negociaciones que rodean a la reforma energética, Pemex ha decidido publicar datos que muestran un superávit en la balanza comercial de mercancías petroleras. Pero una mirada más cercana revela que el panorama no es necesariamente optimista.

En un comunicado publicado el lunes, Pemex apunta que durante el primer semestre del año su balanza comercial registró un superávit de 10 mil 349 millones de dólares gracias a la venta de petróleo crudo, petrolíferos, petroquímicos y gas natural.

El mismo documento subraya que en el mes de junio el valor de las importaciones de la paraestatal fue el más bajo de los últimos 27 meses.

Sin embargo, en contraste con esta imagen positiva, el INEGI reportó, en su información oportuna sobre la balanza comercial durante junio de este año, que las exportaciones petroleras del país han caído a comparación con el 2012.

Entre enero y junio de este año, el valor total de las exportaciones petroleras del país fue de más de 24.6 mil millones de dólares, lo cual representó una caída del 8.3 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

Al mismo tiempo, las importaciones petroleras aumentaron en un 2.4 por ciento, superando los 21.1 mil millones de dólares.

Todos los meses de este año han mostrado variaciones negativas en las exportaciones petroleras a comparación con el año pasado, siendo marzo, con -19.8 por ciento, y mayo, con -15.8 por ciento, los meses con las mayores caídas. Por si fuera poco, las exportaciones registradas durante junio fueron casi 19 por ciento menores que las de enero.

Las pérdidas en las exportaciones petroleras, según ha explicado Pemex en el pasado, se deben parcialmente a una caída en los precios del petróleo.

Pero las condiciones del mercado no son la única causa. Los expertos apuntan que otro de los factores que impactan sobre el fenómeno es la caída en la producción petrolera del país.

Producción reducida

A comparación con la producción petrolera de más de 3.4 millones de barriles diarios registrada en promedio durante octubre del 2004, en mayo ésta fue en promedio de más de 2.5 millones de barriles diarios, una caída que supera el 27 por ciento.

Los analistas y expertos coinciden en que la baja en la producción se debe al declive de los yacimientos de Cantarell, que ha aportado alrededor del 45 por ciento de la producción nacional, y Ku-Maloob-Zaap, que aporta alrededor del 15 por ciento.

En el reporte de su Índice de Competitividad Internacional 2013, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) apunta que desde el 2004 la producción de Cantarell se ha reducido en 85 por ciento.

Además, el mismo reporte indica que el país tiene reservas totales de más de 43 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, pero que en los últimos diez años las reservas probadas de gas y petróleo han caído 41 por ciento.

En una situación como esta, si Pemex quiere aumentar sus exportaciones, es necesario buscar alternativas para aumentar la producción.

Pero para encontrarlas, será necesario que la paraestatal explore nuevas opciones de explotación, lo cual no es un plan barato. En los últimos seis años, la inversión de Pemex en exploración aumentó 94 por ciento, pero no ha sido suficiente. Debido a esto, el IMCO recomienda a Pemex asociarse con inversionistas privados para aumentar la capacidad de exploración y producción.

Lo que Pemex 
necesita

Pemex ha brindado sus propias ideas y mensajes principales en respuesta a la posible apertura y competencia para explotar la riqueza petrolera del país.

De la misma manera, ha aclarado la opción de la inversión privada, manteniendo que esta apertura no implicaría ceder ningún tipo de propiedad de los hidrocarburos ni sobre la renta derivada de ellos, ni tampoco la privatización de Pemex, sino que significaría otorgarle permiso a otros operadores a participar en estas actividades como asociados, partiendo de que el Estado mexicano deberá seguir siendo el propietario de los hidrocarburos.

Pemex ha aprobado la asociación con otros operadores, afirmando que es una manera para poder multiplicar la capacidad de ejecución en exploración y producción de crudo y gas, puesto que ellos solos no son capaces de explotar todo el potencial del sector.

Pero para lograr esta apertura en el sector, el IMCO apunta que se requerirá de un nuevo marco regulatorio, que permita la inversión privada y vuelva más transparentes las operaciones de la paraestatal, llevando como institución rectora a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

Así también, el IMCO comenta que México debe ser parte de la revolución energética de Norteamérica para convertir a la energía en un factor que impulse y vuelva verdaderamente competitiva la economía del país, aprovechando la oportunidad de intercambiar productos refinados con la costa del Golfo en Estados Unidos.

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