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Trabajo infantil, problema invisible

web_gdl_58Miguel trabaja en el crucero de Juárez y Federalismo. Tiene 15 años y por su espectáculo de 54 segundos recibe unas cuantas monedas de los automovilistas.

Con una sonrisa en el rostro y dando las gracias por ser observado en el calor del mediodía, Miguel se retira para practicar sobre la banqueta; dice no tener un horario fijo, trabaja en otros cruceros, pero el que más le gusta es el de Juárez y Federalismo.

Según el Diagnóstico Situacional de la Población Infantil en Situación de Calle “Rostros de la niñez en Guadalajara”, realizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y El Colegio de Jalisco, por petición del DIF Guadalajara, 726 niños viven o trabajan en las calles de Guadalajara.

De acuerdo con Pamela Ornelas, encargada de la atención a medios del Colectivo Pro Derechos de la Niñez (Codeni), el problema con el diagnóstico presentado por el DIF Guadalajara es la metodología con que se realiza.

“En 2008 se realizó un estudio sobre niños trabajadores, pero se incluyó desde cerrillos hasta vendedores, así que no tenemos cifras reales”, dijo.

Ornelas explicó que durante la realización de laencuesta se registra a un niño en determinado crucero, pero no se toma en cuenta si trabaja en otros o en distintos horarios.

Lo que resulta  un problema a la hora de contabilizar y presentar un número cercano a la realidad sobre los niños que trabajan.

Sin embargo, para la presidenta del DIF Guadalajara, Laura Hernández Gómez, el diagnóstico no representa una estadística real del número de niños que laboran en calle, sino que solo presenta un conteo que pretende ayudar al trabajo de la dependencia.

“Los cruceros donde operan varían (…) eso es realmente el problema, que no es una población fija, entonces para hacer un conteo exacto suele ser muy complicado”.

Según lo dicho por la encargada de comunicación social de Codeni, el tema de niños en situación de calle no existe con evidencia en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) porque después de los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011, hubo una “limpieza social”.

“La autoridad buscó disimular el problema. Pues en su lógica, al no haber niños durmiendo en la calle, no existía la problemática. Pero los niños duermen en hoteles de 50 pesos en los cuales se meten grupos de 30 o 40”, comentó Ornelas.

“Lo que hicieron fue que las autoridades realizaron una limpieza social y esto quiere decir, por ejemplo, que son tal cual: ‘quítate pues ensucias el panorama’, y entonces las acciones eran totalmente violatorias de los derechos.

“Los números rojos se centran en el primer cuadro de la ciudad de Guadalajara, se habían encontrado con una invisibilidad del problema”.

La presidenta del DIF Guadalajara, Laura Hernández Gómez, coincide en que el problema está en la zona centro.

“Ahorita nos hemos concentrando mucho en la Zona Centro; que la Zona Centro la teníamos como una zona despoblada, pero que nos está lanzando números rojos”, explica la funcionaria.

El gran freno para los colectivos e instituciones que trabajan la problemática de los niños en situación de calle es que no hay en México un censo exacto respecto al tema; en 1995 se realizó uno, pero se trata de “poblaciones callejeras”.

¿Educación o trabajo?

Para el ciudadano común, un niño que vive o trabaja en la calle es un niño que no asiste a la escuela; sin embargo, quienes trabajan con ellos afirman que una de las principales intenciones de los menores es la de seguir con sus estudios.

“Traen ellos sus intereses especiales, uno de ellos fue la educación (…) la mayoría de ellos trae la intención, el 60 por ciento, que estoy hablando de la mayoría, de seguir con sus estudios”. Afirmó Hernández Gómez.

A pesar de ello, agrega la presidenta de DIF Guadalajara, los chicos no continúan con sus estudios pues entran al plano laboral o las instituciones educativas no tienen capacidad para más alumnos.

De acuerdo a lo presentado por el diagnóstico situacional “Rostros de la Niñez en Guadalajara”, el 63 por ciento de la población en calle sabe leer y escribir, 39 por ciento asistió a una escuela y el 66 por ciento llegó solo a primaria. A cinco de cada 10 les gustaría asistir a la escuela.

El índice de deserción más alto se registra cuando se encuentra en etapa de entrar a la educación secundaria.

Además de interés por parte del 60 por ciento que quiere continuar con sus estudios, no se puede dejar de lado que las jornadas laborales de esta población abarcan, al menos en un 66 por ciento, entre las cinco y ocho horas al día.

Los datos no son certeros; sin embargo, la presidenta del DIF Guadalajara afirma que se realiza un trabajo conjunto para llevar a niños que trabajan en calle a tomar otras rutas. En el tema de la educación dicen estar trabajando en fomentar las escuelas nocturnas.

“¿Entonces qué tenemos qué hacer? Pues tratar de redirecionar esa forma de vida a que continúen estudiando, que es a través de las escuelas nocturnas, entonces vamos fortaleciendo esa área que le toca a la Secretaría de Educación”, propone Hernández.

Muchos son los retos para la población infantil que trabaja en calle. Algunas de sus principales problemáticas están en las enfermedades, educación sexual, pandillerismo y el uso de drogas, así como el abuso de bebidas alcohólicas.

Y aunque las dependencias trabajan en encontrar soluciones al problema, también existen organizaciones que de forma paralela apoyan a dicha población no solo a dejar de trabajar, sino también a tomar otros rumbos en la vida.

Trabajar no es malo

Una de las asociaciones que trabaja en conjunto con la problemática de niños en situación de calle es el Colectivo Pro Derechos de la Niñez A.C. (Codeni), que en el 2004 inicio con sus funciones en apoyo a niños que trabajan en la calle.

“Buscamos empoderar a familias, a niños, niñas, adolescentes trabajadores en situación de calle para que rompan con el círculo de la pobreza y superen su dependencia a la calle, que sea una decisión y no la única opción el hecho de que continúen dedicándose al comercio informal”, dijo Pamela Ornelas, coordinadora de Comunicación Social del organismo.

Para Codeni, el trabajo infantil no es malo, ya que el trabajo dignifica, así que  su labor se concentra en abrir el panorama de posibilidades de crecimiento a esa población que desde pequeños han laborado con sus familias.

“Nosotros no estamos en contra del trabajo infantil, estamos en contra de las condiciones en las que se da este trabajo infantil y también en que no se respeten los derechos de todos los niños: a la educación, a la identidad, al juego, a la salud”, añadió Ornelas.

En el caso de Codeni, el trabajo se hace con familias, en las cuales se realiza un diagnóstico de su situación y después de charlas ellos son atendidos en sus necesidades, pues no solo dan ayuda en becas y educación a los niños, sino que también apoyan a los padres de los mismos.

“Nuestro trabajo justo es buscar erradicar o sacarlos de la calle con diferentes prácticas y atención integral que tenemos con ellos, para entonces hablar de que ya no dependan o que ya superen su dependencia a la calle”, dice Denixaru Memetla, del área de Empoderamiento de Codeni.

“Sus decisiones dependen de su entorno y contexto”.

Esta área se encarga de abrir el panorama a quienes están dentro de su programa, con juegos, apoyos, tareas y talleres que se imparten en las instalaciones.

A unos días de el regreso a clases, Codeni ya trabaja en la entrega de becas. Dentro de sus logros están más de 30 casos de “egresados de calle”,  es decir, que han dejado su trabajo en los cruceros, y convenios con 12 instancias públicas y privadas en el sector de salud.

En cuanto al tema educativo, Codeni logró que más de 40 casos superaran el máximo grado de estudios de su familia.

Actualmente tienen a un estudiante que está próximo a ingresar a la educación superior.

 

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