Olga Villarreal Elizondo, fundadora de Trabajo Social
Cd. Victoria, Tamaulipas, 6 de julio de 2013
Orgullosamente UAT – Olga Villarreal Elizondo
Como colaboradora de doña Conchita García-Manzo, en 1957 Olga Villarreal Elizondo realizaba actividades de asistencia social en Ciudad Victoria. Un recién nacido abandonado en la casa hogar, al que pusieron por nombre Francisco, fue el motor que la llevó a plantearle al gobernador Norberto Treviño Zapata la problemática del abandono de infantes.
“Lo que necesitamos son trabajadoras sociales”, respondió quien llegaría a ser el primer director del Instituto Nacional de Protección a la Infancia. Lo que hizo enseguida fue encomendarle a ella la fundación de la Escuela de Trabajo Social en la recién creada Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
“El doctor Treviño Zapata era conocedor de muchas cosas, tenía los pies en el suelo y sabía lo que quería la sociedad”, dijo la maestra Villarreal en la última entrevista que concedió a Radio UAT. De formación normalista, periodista por vocación y luchadora resuelta a “arreglarlo todo”, Olga Villarreal Elizondo era la persona indicada para concretar el proyecto más sensible de la Universidad.
Se había recibido en la Escuela Normal y Preparatoria de Ciudad Victoria. Tras un tiempo de ejercer la docencia en el sur de la entidad, volvió a la capital, donde fue una de las primeras mujeres en ejercer el periodismo, escribiendo no solamente para El Diario de Ciudad Victoria y El Mundo de Tampico, sino en su propio periódico, La Opinión, que publicaba cada quincena.
Tenía vocación de líder, y eso lo notaban los protagonistas del escenario estatal. A mediados de la década de 1950 el general Raúl Gárate, exgobernador de Tamaulipas, le propuso trabajar por la participación política de las mujeres, que tenían derecho al voto desde 1953. Así lo hizo, estableciendo siete centros de atención a la mujer, en los que recibían clases de bordado y escritura además de formación democrática. Esta actividad la puso en contacto con el doctor Norberto Treviño Zapata, quien había sido, como legislador, uno de los actores del derecho al voto femenino y fue electo gobernador de Tamaulipas en 1956.
De modo que, siguiendo las instrucciones del mandatario, visitó las escuelas de trabajo social de Monterrey, México y Guadalajara antes de preparar el proyecto para la UAT y buscar un local donde iniciarlo.
El 20 de septiembre de 1957, con 9 maestros y 10 alumnas, la Escuela de Trabajo Social —hoy Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (UATSCDH)— abrió sus puertas en el edificio de Rectoría. En ese lugar, al lado de médicos, abogados y maestros de la misma ciudad, Olga Villarreal era al mismo tiempo alumna y directora.
Ahí se recibió en 1960 como trabajadora social, y al dejar el cargo de directora desempeñó esta profesión en la hoy extinta Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) hasta jubilarse.
En 2012, al cumplir la UATSCDH sus primeros 55 años, el rector José Ma. Leal Gutiérrez le otorgó a la maestra Villarreal el reconocimiento merecido. Ella se dijo orgullosa de la evolución de la institución. “Me da gusto saber que fui la base de una escuela que ha progresado tanto”. Olga Villarreal Elizondo falleció el 25 de enero de 2013 a la edad de 90 años.