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Menos remedio y más riesgo

920_portada_62Los médicos están recetando muchos antibióticos, pero ese no es el problema principal, la alerta radica en que –en la mayoría de los casos– recetan los medicamentos incorrectos. Y en ocasiones ni siquiera es necesario tomarlos.

De acuerdo a una publicación en The Wall Street Journal (WSJ), estudios recientes han demostrado que “los médicos prescriben antibióticos de amplio espectro (…) que matan a una franja amplia de bacterias buenas y malas en el cuerpo”.

Organismos como la Academia Americana de Pediatría y grupos de salud pública de Estados Unidos, entre ellos los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, recomiendan que los doctores limiten, en la medida que sea posible, la prescripción de antibióticos de amplio espectro. Y que en su lugar se receten antibióticos como amoxicilina, cefalexina y penicilina, que pueden atacar muchas de las infecciones más comunes y que no se llevan de encuentro a gran parte de las bacterias (buenas y malas) que habitan en el organismo.

Prescribir y utilizar antibióticos de amplio espectro, cuando no son necesarios, trae consigo “una serie de problemas”, subraya WSJ. Uno de esos problemas es que “los medicamentos serán menos eficaces contra las bacterias que están destinados a tratar” y que “fomentarán el crecimiento de las infecciones resistentes a los antibióticos (…)”, por lo que acabarán con las bacterias buenas del cuerpo”.

Las bacterias buenas ayudan en el proceso de digestión de los alimentos, producen vitaminas y sirven como protección de otras infecciones.

Según un estudio de la Universidad de Utah, que fue publicado en julio de este año en Journal of Antimicrobial Chemotherapy, el 60 por ciento de los médicos –a nivel global– prescribe antibióticos de amplio espectro.

Otra investigación, publicada en Pediatrics en el 2011, indica que en el 50 por ciento de las veces, se les prescriben antibióticos de amplio espectro a niños cuya consulta está relacionada a condiciones respiratorias, causadas por virus y bacterias comunes.

WSJ dice que las conclusiones en esos dos estudios coinciden con que el 25 por ciento de los antibióticos de amplio espectro está siendo recetado “para enfermedades en las que no tienen uso, tales como infecciones virales”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), puntualiza que en los países en desarrollo, por ejemplo, un 50 a 70 por ciento de los pacientes con neumonía son tratados con los antibióticos apropiados, “pero hasta un 60 por ciento de los pacientes con infecciones respiratorias altas de origen vírico recibe antibióticos innecesarios”.

Uso adecuado de los medicamentos

La OMS estableció en el 2012 que más del 50 por ciento de los medicamentos “se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada”, y la mitad de los pacientes no los toma 
correctamente.

“El uso excesivo, insuficiente o indebido de los medicamentos tiene efectos nocivos para el paciente y constituye un desperdicio de recursos”, señala.

Alrededor del 60 por ciento de los países del mundo no aplica las políticas básicas para fomentar el uso racional de los medicamentos, informó este organismo.

En el caso de los medicamentos que no requieran receta (que por lo general la retiene la farmacia en donde se adquieran los fármacos), las personas tienden a consumirlos cuando vuelven a presentarse síntomas que ya han experimentado. Ese hábito es muy común en todo el mundo, ¿quién no tiene un botiquín a la mano?

Cuando se tiene calentura de nuevo, las personas toman las medicinas que tomaron cuando se presentó este síntoma por primera vez o en una ocasión anterior, por mencionar un ejemplo.

Este es otro problema en la falta de implementación del uso racional de las medicinas.

Se recomienda que si no es un cuadro de emergencia o gravedad, se recurra a los remedios caseros, antes que a “automedicarse”.

La automedicación es el uso irracional y sin control de los medicamentos. No tiene respaldo de un médico certificado. Llamarle al pediatra y consultarlo a distancia no es sinónimo de un diagnóstico adecuado, sea por los síntomas que sean.

Defienden de males, 
provocan otros

El uso inadecuado de medicinas o la “automedicación” también conlleva consecuencias que atentan contra la salud.

Irónicamente, hay medicamentos que no solo atacan las bacterias buenas –y necesarias– en el cuerpo, como los antibióticos, sino que pueden propiciar otros problemas.

Por ejemplo, las aspirinas pueden aliviar el dolor de cabeza intenso, pero también pueden causar úlceras gástricas y hemorragias internas.

La mayoría de las personas toma aspirinas para el dolor de cabeza común y porque pueden prevenir algunos tipos de cáncer y reducir el riesgo a sufrir un infarto, pero este fármaco no es una vitamina o un dulce, sino una medicina.

Alternativas sin fármacos

Los médicos recetan medicamentos que no son necesarios y que inclusive representan más riesgo que beneficio, ya que matan las bacterias buenas en el cuerpo. Además, las personas tienden a automedicarse cuando se presentan síntomas similares a los que ya han padecido, dos problemas que muestran la falta de conciencia e implementación del uso racional de medicamentos que establecen organismos como la OMS.

Pero esos no son los únicos problemas. Si se trata de un cuadro clínico que no es grave y que no requiere que se acuda a la sala de emergencias de un hospital, se recomienda que las personas utilicen remedios caseros o que acudan con su médico de cabecera.

Entre los remedios caseros y la medicina botánica, hay un sinfín de opciones antes que un fármaco.

Y no solo eso, actualmente la tecnología también es una fuente de alternativas naturales y no solo porque las enciclopedias médicas se encuentran en Internet.

Hay diferentes sitios y apps que proporcionan consejos y remedios sencillos para todo tipo de “achaques” y enfermedades. Por ejemplo, el dolor de cabeza.

Este síntoma –si no forma parte de un cuadro clínico grave o de una enfermedad de cuidado– es muy común y se puede atender escuchando música. Sí, hay sitios en Internet en los que puedes escuchar música que ayuda a combatir ese malestar, solo debe ser música a con ondas de cierta frecuencia, que es adecuada para disminuir el dolor, sin necesidad de consumir absolutamente nada.

Oro y plata para 
la salud

El oro y la plata no solo son elementos útiles para elaborar joyas y piezas de orfebrería, también son parte de una nueva tendencia en la medicina.

A principios de este mes aludimos en este espacio a una vacuna elaborada con oro.

Este medicamento se desarrolló por científicos estadounidenses para combatir enfermedades virales que afectan a bebés, niños y personas mayores, principalmente.

No se trata de decorar las jeringas con diamantes, sino de agregar nanopartículas de este metal al medicamento, las cuales imitan el comportamiento del virus dentro del cuerpo. A su vez, llevan proteína a las células del sistema inmunológico.

Por otro lado, algunas personas consumen plata coloidal como antibiótico natural.

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