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LOS PRESIDENTES MAS PULCROS… SON LOS DEL MANTE

mante

 

 

 

 

 

(O cuando menos sus zapatos)

POR LA LIBRE

Por Edelmira Cerecedo García.

 

Un gran secreto se esconde siempre detrás de cada hombre, detrás de cada personaje político, urbano, cada uno con sus diferentes personalidades, sus propias consolidaciones, sus sueños y sus propias ambiciones..con doble identidad y a veces con la humildad escondida por miedo de ser juzgados .

 

El Mante Tamaulipas ha sufrido cada tres años un ajuste de ideas, del que llega, del que se va, del que anhela y del que ha muerto en una política no domesticada, la vida de este lugar, tiene sus propios secretos, que no están en un baúl, sino en quienes han visto de cerca y vivido los cambios de este pintoresco municipio.

 

1978 llegaba al poder Enrique Cano González, en un acartonado político, convertido en presidente con manual, indicando el poderío y separando la elite con el pueblo, consagrándose después de una guerra de poderes políticos por desacuerdos electorales, así con todas las contrariedades llego al poder…….y como todos el presidente usaba zapatos, y estos tenían que lucir radiantes, pues lo que vez es lo que ahí diría un viejo político, y lo que ahí afuera ahí adentro, por ello la pulcredad del aseo es siempre obligatoria.

 

Frente al Palacio Municipal se encuentra Don José Luìs Muñiz López, un hombre que mas que un aseador de zapaos, es un psicólogo y a veces un experto orador de temas de inspiración en motivación personal, pero su especialidad es la política, pues por su silla han pasado los presidentes del Mante, esto durante solamente 32 años.

 

Lauro Saavedra García llego en 1981, la agitada ola política ya estaba más apaciguada como diría Don José Luis, en sus madrugadas mañanas durante años ha visto la puerta de Palacio Municipal abierta, entrando y saliendo los funcionarios, entre ellos asomarse en ocasiones en aquel entonces el Presidente, quien de repente en ocasiones acostumbraban esa placeadita y bajaba a que le dieran brillo.

 

En la platica un Señor escucha la historia y entre platica y platica hojea un periódico, que al igual que Don José Luis ha dado información de la noticia durante años, “El diario El Tiempo”, y sigue dando fuerte el trapito su paseo por el zapato del cliente, mientras que rechina con el clásico silbidito agudo.

 

Así pues Roberto Cárdenas Guevara llego en 1984, con un poco de más que poder, pues si bien ahí que ver como lo mencionan, quienes en algún momento llegaban a subir a bolearle el calzado, incapaz de bajar a ocupar esa silla que pareciera trasportarnos y predecir que este lugar es el único en el que siempre estarás por encima de alguien y que cuando te bajas de ella te das cuenta que no es tuya, sino de un aseador de calzados y que es justo el mensaje de que nadie se ha quedado en ella por que todos van de paso.

 

A Don José Luis le da gusto hablar de Florentino Sáenz Cobos, pues recuerda que desde que era candidato hasta la fecha ha sido un fiel cliente, cuando era presidente por las mañanas se desayunaban el periódico, con un fiel siempre a un lado, Florentino fue presidente clásico, y ha sido mantense de recuerdos.

 

Por ello hoy sabemos que tiene un lado bueno, un lado humano, un lado mantense y un lado pulcro, el buen amigo Florentino Sáenz Cobos, quien como los fieles siempre regresa.

 

Ubaldo Guzmán Quintero, cuado escucho el nombre solo hizo muecas y pareciera que quiso pasar al siguiente trienio, si en verdad caras vemos, pues la realidad es que al parecer algunos políticos tienen doble cara.

 

Don José Luis también tiene otro Alcalde entrañable y a quien agradece siempre su intervención, el otro lado de Javier Villarreal Salazar, el presidente que siempre pulcro se bolio sus zapatos, escucho a su bolero y le ayudo en momentos difíciles después de haber salido de su trienio….

 

Cuenta con algo de dolor pero de gran agradecimiento, el corazón enorme que tiene el hombre el agradecido el que sabe que cuando se tiene un puesto con poder debe de llevarse a cabo en cause de quienes lo necesiten, ese es Javier Villarreal Salazar, pues en su tiempo de Secretario de Hacienda Don José Luis tuvo muy grave de cáncer a su esposa, sin seguro medico y aun sin ayuda de seguro popular, tenia que trasladarla hasta la capital de Tamaulipas, por ello como pudo asistió a Victoria y le pidió ayuda a su cliente a Don Javier, quien de inmediato lo reconoció, y no titubeo para ayudarlo, pagar las cuentas de hospital y traerla de regreso a este su lugar natal donde por el avance de su enfermedad falleció.

 

“Médicamente hicimos todo lo posible gracias a Don Javier Villarreal Salazar”, esa es la otra cara de un presidente que no se olvida de nadie, ni de nada…….esos son los humanos, los mundanos, los que quieren al Mante, por que ayudan a sus mantenses.

 

Manrique y Javier Villarreal chico fueron dos opuestos, el primero con una edad y una cuadratura política mediática que no le permitía tener ese contacto con todos, Javier Villarreal Terán un hombre que no solo se boliaba los zapatos con el sino con todos los boleros de la plaza.

 

Así llego Fernando Pedraza Chaverri en el 2000 fiel, diariamente, siempre cruzo la calle para bolearse los zapatos, pulcro y de camisa celeste, también veía las noticias, reía de algunas y otras prefería darles carpetazo, hoy en día sigue como siempre boleándose los zapatos y leyendo los periódicos en la silla de Don José Luis.

 

José Luis Castellanos y Héctor López el primero dinámico y de carácter que no puede ocultar sus sentir, era de vez en cuando, Héctor López igual, además de ser siempre muy distante del pueblo y respetuoso del mundo que le rodeaba, prefería caminar con los zapatos limpios pero su política elitista y ambiciosa que lo hizo distante de la realidad y del cambio que estaba teniendo la democracia y que la sociedad estaba dispuesta aplicarla.

 

Por fin Don José Luis sigue al día de hoy 2013 frente a la puerta de Palacio Municipal de El Mante , hoy con Humberto Flores Dewey sentado en una silla justamente en el segundo piso, también se placeo y le llegaron a bolear sus zapatos, hoy en día a temprana hora, los zapatos del presidente van solos a bolearse en manos de alguien de confianza.

 

Hoy sabemos que Mante ha tenido los presidentes más pulcros, al menos en el calzado.

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