Las fuerzas políticas del país velan armas en espera de la iniciativa de Reforma Energética de Peña Nieto
Ciudad de México, 7 de agosto (SinEmbargo).– El Presidente Enrique Peña Nieto presentará al pleno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, posiblemente hasta la próxima semana, su iniciativa de Reforma Energética y está previsto que el Senado de la República –la Cámara de origen para el debate– la turne a las comisiones respectivas en la sesión del miércoles 14 de agosto, informaron fuentes en la Cámara Alta. Bajo anonimato, refirieron que el Presidente trabajaba en los últimos detalles hasta ayer por la tarde, después de su convalecencia por la extirpación de un nódulo tiroideo y de que inaugurara la semana del Emprendedor en el Centro Banamex. También se dice que la división que existe en el gabinete sobre qué tan profunda debe ser la reforma ha provocado que el mandatario revise por lo menos dos opciones, cada una con distinto grado de impacto político. Los analistas de varias instituciones académicas, abocados al estudio de los energéticos, coinciden que deben esperar para conocer a cabalidad el texto del Presidente Peña Nieto. Uno de ellos expuso que la esperada propuesta, a fin de cuentas, no será “muy ambiciosa” y antes de motivar alertas en falso, habría que escudriñar lo que proponga el Ejecutivo. “Hay dos iniciativas en el escritorio del Presidente; las dos tienen pros y contras para el gobierno de la República, y eso es lo que se está midiendo”, dijo una fuente no autorizada.
“En la Secretaría de Hacienda se impulsa una reforma de fondo que asume altos costos políticos; la Secretaría de Gobernación apoya la que no implica una ruptura con los que, como el PRD, son hasta hoy aliados”, dijo esa fuente.
LA IZQUIERDA NO ESPERA BUENAS NOTICIAS: La izquierda mexicana no se encuentra expectante ante la propuesta de Reforma Energética que presentará posiblemente la próxima semana el Presidente Enrique Peña Nieto: El Ejecutivo dio certeza durante los últimos meses de que será una iniciativa privatizadora, dijeron líderes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Lo cierto es que en el preámbulo de la presentación de esta reforma, las expectativas se desgranan con un tono dramático: el Partido Acción Nacional (PAN) apoya en su propia propuesta la reforma de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para permitir las concesiones para la exploración y producción de hidrocarburos, pero pide la salida de una vez y para siempre de Carlos Romero Deschamps del consejo de administración de Pemex; el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se opone a enmiendas constitucionales y ha llamado a la consulta popular antes que de inicio el periodo ordinario de sesiones; Andrés Manuel López Obrador mantiene su convocatoria a una manifestación en el Zócalo para el 8 de septiembre en contra de cualquier apertura al capital privado en Pemex y el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, definió estos tiempos como “difíciles, retadores, tiempos en los que tenemos dar la cara… Ir a los medios y, si se necesita, ir a las calles para que nos escuchen fuerte y quedito”. Sobre los tiempos de la enmienda, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció en una entrevista radiofónica con Joaquín López Dóriga –la única que concedió mientras convalecía de una extirpación de un nódulo tiroideo– que sería esta semana cuando presentaría su propuesta, pero el coordinador parlamentario del PRI en el Senado de la República, Emilio Gamboa Patrón fue más explícito y adelantó que sería hoy miércoles cuando el texto llegaría a la Permanente, lo cual, al final, no ocurrió. Como sea, los partidos políticos velan armas en espera de la iniciativa, que marcará, en buena medida, el tipo de relación entre el Gobierno de la República y las fuerzas opositoras.
EL PACTO ES EL PILAR El Pacto por México es el asidero de la reforma de los energéticos. Desde que Peña Nieto anunció el envío de la propuesta al Congreso puso al convenio político como eje del camino que seguirá esta modificación constitucional. Al diario británico Financial Times –instancia única que escogió para su anuncio- le dijo que para la reforma de Pemex se harían “los cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversionistas privados” y para hacer esto, se sostendría en el Pacto por México. Ante el micrófono que López Dóriga tiene el noticiario vespertino en Radio Fórmula, Peña Nieto dijo con un tono de confianza: “El Pacto está vigente. Hay acuerdo. Hay voluntad de todas las fuerzas políticas y de mi gobierno. Siempre con una actitud constructiva y propositiva”.
Es un panorama diferente al que vivió el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa en 2008. El ex mandatario emanado del Partido Acción Nacional presentó una propuesta que al final, fue transformada en lo esencial. Calderón quería “dar a Pemex mayor flexibilidad en la contratación de servicios con empresas privadas, nacionales e internacionales, y otorgarle mayor libertad para asociarse con ellas”. Según el estudio “Los grandes problemas de México”, publicado por el Colegio de México, la iniciativa que al final se aprobó dista de las pretensiones originales del entonces Presidente.
En 2008, el Senado de la República aprobó la creación de contratos incentivados, se eliminó la posibilidad de que un contrato se someta a jurisdicciones extranjeras cuando se trate de controversias por contratos de obra y prestación de servicios en territorio nacional o en zonas donde México ejerza soberanía, se aprobó la emisión de bonos ciudadanos y la inclusión de cuatro consejeros profesionales al Consejo de Administración de la paraestatal. Resultado de esa reforma, hasta ahora, Pemex tiene relación con las compañías privadas sólo en proveeduría de servicios. La paraestatal puede utilizar el instrumento llamado Contrato Integral EP a través del cual se ofrecen incentivos económicos a los contratistas para que obtengan mejores resultados cuando incorporen tecnología de punta, mayor eficiencia y menor costo.