CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Lunes, ambiente tenso, rumores de renuncias, de cambios, de enroques, y hasta de corridos en el gabinete estatal que quedaron en nada, a eso de las seis de la tarde, las caras ya eran otra y de alegría, hasta en Rafael Lomeli, un áspero Secretario de Seguridad Pública que no se caracteriza por sonreír, menos por dar un buen trato a la prensa, pero esta vez lo hizo.
Hasta eso de las tres de la tarde se hablaba de que el Secretario de Educación Diodóro Guerra y el Secretario de Salud, Norberto Treviño García Manzo habían presentado su renuncia y con ellos Morelos Canseco Gómez, Secretario del Trabajo, más tarde los rumorólogos hacían enroques en puestos menores, y a las 18 horas todos los malos augurios se derrumbaron, los “corridos” y los “fuertes” llegaron casi juntos, con cara de sonrisa.
Fue el propio Egidio Torre Cantú quien dio la versión oficial de los hechos, un contundente, “es como todo”, sentenció a su equipo a ponerse a jalar o a exponerse a la pena de ser corridos de buena, o fea, manera, según amerite cada caso, cada resultado de su encomienda.
Sin dejar lugar a las interpretaciones, habló de un desarrollo natural de las cosas, de un examen de conciencia en cada uno de ellos, de cómo habrían de exponerse resultados, evidenciar que se han hecho mal, de cómo habrían de mejorarse programas que se han hecho bien, y sobre todo, de cómo habrán de atender necesidades nuevas con programas que ahora no existen.
“Hay que hacer un recuento, hacer una reflexión de lo que hemos venido haciendo bien, lo que debemos mejorar, que nuevos programas debemos tener, a que reflexión nos lleva lo que hemos hecho en esta primera mitad corta”, expresó a los medios a su llegada a palacio.
“Ustedes verán que pasa en los siguientes días, semanas, meses”, dijo determinante pero con una sonrisa que pocos lograron interpretar.
El mensaje fue claro a sus colaboradores, hay que dar resultados y pronto, también que están siendo objeto de un severo análisis, de una evaluación, de un diagnostico que no deje lugar a dudas de la situación que se vive.
Por llamarlo de alguna forma, los Secretarios y sus principales colaboradores entraron al confesionario, a expresar sus culpas, a exponer respuestas a los problemas.
Por supuesto, como en cada confesionario hay una parte que lo sabe todo y que escucha para poner penitencias, premios, y castigos, es, por llamarlo de alguna manera, mero formulismo, una reunión donde cada uno tiene la oportunidad de sincerarse, a sabiendas de que debe aprovecharse la oportunidad.
Que dejan las primeras palabras del gobernador a la prensa a su regreso a labores cotidianas, pues la certeza de que habrá ajustes, los naturales ajustes, más, cuando se dará un cambio de administraciones municipales y el Congreso donde se demandarán espacios para quienes quedarán desempleados y han cumplido, aunque parece que han sido muy pocos.
También deja, esta primera reunión, la certeza de que todo el aparato esta en evaluación constante, a sabiendas de que lo que no se evalúa no se mejora, y por supuesto, de que la administración Torre Cantú atraviesa por su momento de mayor fortaleza.
Además dejo las sonrisas poco comprensibles de algunos Secretarios, y se supo del reconocimiento a algunos de ellos que no se fueron de vacaciones y siguen trabajando como el secretario de Salud, Norberto Treviño García Manzo y la Secretaria de Desarrollo Económico, Mónica González García.
Mismamente destacó un hecho que debe poner a analizar a fondo el trabajo de otros equipos, exactamente a las seis de la tarde, hora programada para el arribo del gobernador a palacio, hicieron su aparición un grupo de egresados de Escuelas Normales del Estado, demandaban plazas, aseguraban no ser lo mejores en las evaluaciones pero que querían trabajar y aprovechar unos 500 espacios que dejaron maestros que se jubilaron este año.
Diodóro Guerra demostró que el tiempo no pasa en balde y que de algo han servido sus años de experiencia en el sistema, los toreo con elegancia, les expuso la situación, y hizo reconocer transparentar en la entrega de las plazas a fin de que todos dieran cuenta de que se cumple con la normatividad.
¿Qué sigue?, pues lo de siempre cuando vas al confesionario, seguramente vendrán penitencias para el pago de los pecados, algunas no pasarán del clásico reconocimiento de culpas, otras pudieran ser capitales aunque quedó claro que eso se dará al paso de los días, tal vez de las semanas, o como lo apunto Egidio Torre Cantú, el gobernador, al paso de los meses.
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