México, lejos de cumplir la meta para erradicar la mortalidad materna
con 36 semanas de embarazo, Karla falleció en una ambulancia mientras era trasladada de la comunidad de Alvarado en Veracruz a la capital de esa entidad.
Seis días antes había acudido a ocho citas médicas por molestias causadas por inflamación en los pies y ardor vaginal que tras no ser atendidas derivaron en complicaciones por las que finalmente perdió la vida.
El caso de esta mujer con nombre ficticio, documentado por el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) en el reporte Omisión e Indiferencia. Derechos Reproductivos en México es una muestra de cómo en el país la mortalidad materna es todavía un desafío para el sistema de salud.
El promedio nacional de muertes maternas es de 43 por cada 100 mil niños nacidos vivos, pese a que la meta que suscribió México ante Naciones Unidas hace más de una década es de reducir esa cifra a 22 para el año 2015.
Ese compromiso es parte de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio que 190 países miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firmaron en septiembre del 2000 y que expiran en dos años.
El promedio nacional de muertes maternas es de 43 por cada 100 mil niños nacidos vivos. La que suscribió México ante la ONU es de 22 muertes para 2015.
La ONU reconoce en el Informe 2013 que la meta de “reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna” tiene actualmente un “progreso insuficiente” que impedirá alcanzar el Objetivo de Mejorar la salud materna en toda la región de América Latina y el Caribe.
Ese organismo define a la mortandad materna como la muerte de la mujer durante el embarazo, el parto, o los 42 días posteriores al parto, por cualquier causa del mismo embrazo, parto o postparto o el manejo de éstos; pero no por causas accidentales.
En México, sólo tres entidades federativas tienen niveles de mortandad materna acordes a los Objetivos del Milenio: Tamaulipas con 15.7 muertes por cada 100 mil niños nacidos vivos, Sinaloa con 16.8 y Aguascalientes con 18, según cifras de la Secretaría de Salud y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Veracruz, la entidad en la que falleció Karla tras haber asistido a unidades médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud y una consulta con un médico privado, ocupa el sexto lugar nacional con 56.3 muertes por cada 100,000 niños nacidos vivos.
Los estados con la tasa más alta son Michoacán con 57.9, Oaxaca con 61.3, Campeche con 63.1, Chihuahua con 67.7 y Guerrero con 90 muertes maternas.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas declaró en 2009 a la mortandad materna como un asunto de derechos humanos porque ésta se puede prevenir al garantizar a las mujeres servicios de salud de calidad.
En el resto de América Latina y el Caribe, el mismo panorama
En los últimos veinte años la tasa de mortalidad materna disminuyó 47% a nivel global pasando de 400 muertes por cada 100,000 niños nacidos vivos en 1990 a 210 en 2010, según los datos de Naciones Unidas recopilados en el Informe 2013. Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Sin embargo, la reducción no es suficiente para alcanzar la meta de disminuir las muertes maternas en 75%.
En 2010, en la región hubo 72 muertes por cada 100 mil niños nacidos vivos, cuando la meta es tener menos de 24.
Según los Objetivos de Desarrollo del Milenio el acceso igualitario a servicios de salud es la base para la salud materna. La ONU advierte en ese sentido, sobre la desventaja de las mujeres que dan a luz en áreas rurales respecto a las mujeres que lo hacen en zonas urbanas.
El 1990, el 44% de los partos en áreas rurales de países en desarrollo fueron atendidos por personal capacitado; en las áreas urbanas, el porcentaje fue de 75%.
Veinte años después, la tendencia se mantuvo con un 53% y 84% de mujeres atendidas en zonas rurales y urbanas, respectivamente, según el informe 2013.