*Cinco ex presidentes catalogados por el pueblo como corruptos dan su apoyo a Etienne
*Faltaron Álvaro Villanueva Perales, Eugenio Hernández Flores y Arturo Diez Gutiérrez para completar el cuadro
¿Alguien recuerda lo que estos personajes hicieron en beneficio de Victoria?
+Aquí aplica la sabiduría popular de: ”Dime con quién andas y te diré quién eres”
Por: Mauricio Fernández Díaz
Históricamente las administraciones municipales en Tamaulipas, sin distingo de partidos, han terminado sus gestiones bañadas de oprobio, manchadas por la corrupción y etiquetadas por el pueblo como depredadoras, saqueadoras y corruptas, y a quienes las han encabezado la picaresca popular los ha bautizado con apodos que reflejan repudio y desprecio hacia los personajes en cuestión.
Porcentualmente hablando el PRI ha tenido históricamente en su poder la gran mayoría de los 43 municipios, o sea, ha concentrado, en sus mejores épocas hasta el 100% del poder político.
Desafortunadamente, el saldo para Tamaulipas con estos gobiernos ha sido altamente perjudicial.
Desde Tampico hasta Nuevo Laredo los escándalos desatados por ediles que se enriquecen inexplicablemente de la noche a la mañana ha sido una constante que ya no asombra, así como las millonarias deudas contraídas en sus administraciones, tan inexplicables como impunes, han ido depauperando gradualmente al Estado en general sin que los órganos fiscalizadores hagan sentir su presencia, convirtiéndose éstos en un espejismo que mucho le cuesta mantener al pueblo.
Ciudad Victoria no es la excepción; al contrario, por ser la capital del estado los presidentes que han estado al mando del municipio han sido solapados hasta el hastío por la Administración estatal en turno.
Ejemplos tenemos muchos.
No sería una exageración afirmar que ninguno de ellos se salvó de ser etiquetado en su momento como “rata” o corrupto.
Hasta el ahora ex panista Gustavo Cárdenas dejó en su momento muchas dudas y más deudas que activos, y no se diga los gobiernos priístas que vinieron después.
Jaime Rodríguez Inurrigarro, Tito Reséndez Treviño, Ramón Durón Ruiz, Pascual Ruiz García, Eugenio Hernández Flores, Enrique Cárdenas del Avellano, Álvaro Villanueva Perales, Arturo Diez Gutiérrez y Miguel Ángel González Salum, por citar solo a los 7 últimos presidentes de Victoria, fueron tan mediocres, que se les recuerda más por sus represalias, sus tranzas y saqueos, que por alguna obra de beneficio colectivo que hayan ejecutado.
Ciertamente en el municipio se ha hecho algo, pero ha sido obra estatal, no municipal.
Como un claro ejemplo tenemos la populosa colonia Azteca, que tiene más de 30 años de fundada, enorme, con más de 2,500 lotes con rezago de toda índole.
Ninguno de los presidentes que han pasado por la administración de Victoria se han preocupado por llevar un poco de justicia social a esta colonia que hoy es satanizada como la peor, la que cuenta con el mayor índice delincuencial gracias en gran parte al abandono, al olvido institucional ha que ha sido sometida durante todos estas administraciones.
¿Alguien recuerda quien es, que hizo en beneficio de Victoria Tito Reséndez Treviño, actualmente administrador de la biblioteca pública estatal?
Algunos tal vez recuerden que su Alejandro Reséndez Silva fue dado de baja como funcionario público del DIF estatal por problemas de corrupción debido a problemas de facturación.
¿O alguien recuerda que hizo por Victoria Ramón Durón Ruiz cuando fue presidente municipal o Diputado Local?
Al señor se le ubica más como un pícaro con suerte, un plagiario que hizo fortuna con el trabajo ajeno y continúa viviendo sin trabajar cobrando como”asesor” del Gobernador, un zángano más que debe mantener el pueblo.
En la misma tesitura están Pascual Ruíz, (un personaje nefasto, represor y corrupto), Eugenio Hernández (sin comentarios, ya se ha escrito mucho sobre este personaje, tanto, que aún el estado sigue endeudado gracias a su fino olfato para hacer negocios muy redituables par él y su camarilla) ; Alvaro Villlanueva Perales quien en su momento fue considerado el peor, el más corrupto alcalde qu hubiera tenido la capital, hasta que llegó Arturo Diez Gutiérrez, quien lo despojó sin clemencia y sin mucho esfuerzo, dejando a Villanueva Perales en un decoroso segundo lugar.
De González Salum, que aun gobierna, lo menos que se puede decir es que pasara a la historia como uno más, perdido en la grisura, en la mediocridad, sin nada que haga al pueblo recordar su nombre.
Con estos antecedentes, se antojaría impensable que alguien se sintiera orgulloso de ser amigo de los susodichos y menos aún que los considerara aliados políticos.
Son, por su historial, apoyos tóxicos, contaminantes.
El que varios ex presidentes considerados por el pueblo como bandidos y buenos para nada brinden el apoyo a un candidato es una muestra de incongruencia cuando el aspirante dice ser honesto, recto, de buena formación y buenos propósitos.
“Dime con quien andas y te diré quién eres” reza el dicho popular.
Y si Alejandro Etienne, el candidato priísta recibió el apoyo de 5 ex presidentes (Tito Reséndez, Ramón Durón, Enrique Cárdenas del Avellano , Jaime Rodríguez Inurrigarro y González Salum) de infausta memoria al menos debería tener la decencia de no hacerlo público, de no alardear de este bochornoso hecho.
¿O usted, lector, estaría orgulloso de que su nombre, su foto apareciera junto a la de uno de estos sujetos? ¿Acaso sabiendo sus negros antecedentes la mostraría orgulloso a sus hijos y les diría muy orondo: “mira, estos son mis amigos”?
Alejandro Etienne se jacta de tener el apoyo de esa clase de amigos.
Por algo será
