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La acción de los hombres

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José A. Solorio Martínez

domingo 23 de junio de 2013

Uno de los grandes riesgos que enfrenta el PRI tamaulipeco en la elección del 7 de julio que viene, es inherente a la descomposición y deterioro del sistema de partidos. Las dinámicas exógenas –cooptación por parte del gobierno, erráticas políticas de alianzas y la mercantilización de algunas oposiciones- y las circunstancias endógenas -el desgaste y la ausencia de liderazgos con pericia-, crearon un exclusivo escenario bipolar en la disputa por el poder municipal y el parlamento tamaulipeco.

Así se ve: un árido horizonte donde sólo sobresalen el PRI y el PAN.

(El PRD apenas asoma en su antiguo feudo: Ciudad Madero. Y no parece ser  la sombra de lo que fue…).

¿Realmente perjudica al PRI un paisaje polarizado?..

Sí.

Cuando sólo dos fuerzas político-electorales están en la contienda prohíjan conductas del electorado muy puntuales –al menos, eso es lo que reflejan las estadísticas-:

1.- Algunos electores ejercen el “voto útil”. Es este fenómeno electoral, la voluntad del ciudadano de emitir el sufragio en favor del partido o que cree que va a ganar, o que piensa que puede ser la más sólida competencia a la que se presume es la primera fuerza. Esta actitud, es una práctica del electorado que se mueve en las franjas opositoras; es decir: potencia al partido opositor mejor posicionado y deteriora al partido opositor con menor presencia. (En este caso el PRI también ha sido favorecido por este tipo sufragio, cuando ha jugado el rol opositor en algunos municipios).

2.- La pulverización de las terceras y cuartas opciones. Este acomodo electoral, es en parte consecuencia del fenómeno anterior. Al momento, en Tamaulipas se ve casi desaparecidos de la reyerta electoral al PRD, PT, MC. (PANAL y PVEM en sentido estricto no se pueden considerar partidos. Son más bien apéndices orgánicos del PRI). La falta de recursos materiales y humanos, las divisiones internas y la postulación de candidatos sin destino han agigantado sus debilitamientos estructurales.

3.- El binomio PRI o PAN, incita a pensar en la permanencia o el cambio. No es fortuito que la gran mayoría de los candidatos opositores –el PAN más que todos- hayan utilizado desde hace décadas el eslogan del “cambio” para potenciar sus campañas. Hoy mismo los candidatos más exitosamente posicionados tienen en su arsenal ese concepto. En tal teatro electoral, el PRI parece estar en desventaja.

Cuatro de las principales ciudades tamaulipecas están inmersas en la polarización. Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Tampico. Estas regionales electorales, cuentan con más del 50 por ciento del padrón electoral de la entidad. Es decir: son sitios fundamentalmente estratégicos, para cualquier partido. Tanto por lo que representan en el sentido sociopolítico, como por lo que pueden significar en el futuro tamaulipeco inmediato.

Los escenarios en sí, no generan ni victorias ni derrotas.

Ya lo dijo el profeta: son los hombres, los que delinean sus futuros.

Con un PAN lastimado en su estructura y sujeto a descomposiciones internas locales, regionales y nacionales, pero inmerso en un escenario evidentemente sonriente no es sencillo hacer pronósticos.

¿Habrá aprendido el PRI las lecciones del pasado?

Cada región tiene sus dinámicas.

La polarización ahí está.

Sólo falta la acción de los hombres.

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