El PRD, obligado a cambiar tras comicios: expertos; lo dañaron pleitos internos, Pacto y salida de AMLO, dicen
Ciudad de México, 13 de julio (SinEmbargo).– La salida de Andrés Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) no influyó de manera decisiva en los resultados de la elección del domingo 7 de julio, pero sí jugó un papel importante en la redefinición de los objetivos del partido y sus estrategias de alianza, incluida la del Pacto por México, plantearon especialistas consultados por SinEmbargo.
Además, los analistas destacaron que la crisis del Sol Azteca se profundizará tras los resultados de los comicios del 7 de julio y de cara a la reestructuración de sus principales mandos, por los que el partido debe repensar cuanto antes hacia dónde se dirige y en qué forma.
“El partido entró en una dinámica autodestructiva y ha perdido la brújula en muchos sentidos. Es un partido dominado por tribus, en donde no existe una institucionalidad. Son bastante desorganizados e ineficientes, muy tolerantes a la corrupción porque no saben manejarla y con excepción del Distrito Federal, no logran consolidar su presencia en las entidades que gobiernan”, dijo Sergio Aguayo, investigador del Colegio de México
. Aunque aún no se dan a conocer las cifras definitivas del porcentaje global de votos que obtuvo el PRD en las pasadas elecciones, los perredistas perdieron bastiones importantes donde gobernaban desde hace años como el municipio de Benito Juárez –Cancún– en Quintana Roo, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se llevó el “carro completo”, según las declaraciones de Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional de esta fuerza política.
En el resto de los estados donde se realizaron elecciones el partido no logró –a pesar de que obtuvo triunfos sólo y en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN)–, superar al Revolucionario Institucional, que derrotó a sus opositores en la gran mayoría de las 14 entidades en disputa.
Para el analista político, los resultados que obtuvo el PRD en las elecciones del 7 de julio, obedecen a que la fuerza política es incapaz de enfrentar los lastres que arrastra a través de su historia. “En suma en México hay una sociedad civil de izquierda que no tiene un partido que lo represente. Ciertamente para mí el PRD no está representando adecuadamente los intereses, los sueños de la sociedad civil de izquierda”, dijo.
El abogado y activista de los derechos humanos, Gustavo de la Rosa Hickerson, coincidió con Aguayo y planteó que si el Sol Azteca no establece un mínimo de homogeneidad en sus bases, está destinado a convertirse en un partido local, que sólo gobierne al Distrito Federal. “Lo que pasa con el PRD no es que sea sólo una fuerza de “tribus” sino también de “apaches”. Los apaches nunca se constituyeron en una tribu, sino que eran pequeños agrupamientos distribuidos en todo el territorio. Lo misma pasa con el PRD, es un mosaico, no sólo son las tribus a nivel nacional, sino que en cada entidad, hay distintos grupos: los que quieren el poder y los que aspiran a permanecer y buscan puestos de tercera categoría en los gobiernos priistas”, explicó Gustavo.
De la Rosa detalló que el Sol Azteca está plagado de diferencias, sin objetivos claros ni comunes. “Mientras no logre homogeneidad el PRD irá de más a menos, para finalmente convertirse en un partido local, del Distrito Federal”, dijo
. El analista político Salvador Mora afirmó que los perredistas deben estar atentos a los resultados que obtuvieron, pues es la fuerza real con la que cuentan después de la salida de Andrés Manuel López Obrador de sus filas. “Estas elecciones le muestran al PRD cuáles son sus alcances reales, un partido que ha estado, desde la salida de López Obrador, en un proceso de limpieza, de ajustes y que, definitivamente, tiene que entrar en una redefinición de su estrategia como partido”, dijo Salvador Mora, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El capital electoral entorno a Andrés Manuel –único político mexicano que ha logrado reunir 32 millones de votos en tres procesos electorales, dos de ellos presidenciales– no se tradujo en votos seguros para los candidatos del PRD y sus aliados, lo cual puede medirse en los porcentajes de abstencionismo que privó en las elecciones del domingo.
“Esta elección se puede ver en dos perspectivas para el PRD: una que el partido entró en una reorientación de los intereses de los grupos, donde no existe un reparto de incentivos equitativo y hay confrontación, y la otra es que la militancia dejó de votar por el PRD”, comentó. Mora explicó que las derrotas electorales deben ayudarle al Sol Azteca a una autocrítica constructiva. “Las derrotas pueden anunciar mucho: la forma desaseada en la que se gobernó, el perfil de los candidatos, sus verdaderos alcances.
No todo es culpa de las trampas de otro partido, ahí está el ‘candigato’ de Xalapa que muestra una crisis de los partidos dominantes, donde la gente no cree en ellos”, dijo.
El analista añadió que “si el PRD ha perdido, es producto de una incapacidad de encontrar el discurso que pueda penetrar en la población. Tanto el PAN como el PRD no se han radicalizado, la posición de ambos es de centro dentro del Pacto por México, el cual es sólo para las cúpulas, pero no para los militantes en general y esto también tuvo un costo”. José Antonio Sosa Plata, consultor en Comunicación Política y Coordinador del Diplomado en Redes Sociales 2.0 en la Universidad Iberoamericana (UIA), dijo que las elecciones del domingo arrojan un mensaje muy claro de la sociedad.
“El mensaje es que los acuerdos del Pacto por México no están dando los resultados que se esperaban, ¿qué sigue para el PRD?, ¿qué hará frente a la consolidación de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional)”, indicó.
El consultor político explicó que con los resultados que se obtuvieron en los comicios del domingo pasado, la izquierda mexicana queda debilitada.
“No tienen los números suficientes para imponerse como un partido político fuerte y los pone como un actor debilitado dentro del Pacto por México, porque a menos votos, menos fuerza electoral, menos capacidad de negociación”, detalló. Sosa Plata indicó que el Pacto debe analizarse antes de las elecciones y después: “antes contaban con la fuerza de la elección de 2012 y era una cuestión de legitimidad tener al PRD dentro, hoy, con la fuerza que tienen realmente como partido, esas serán sus tablas”, dijo.
“LOS CHUCHOS” NI GANAN NI PIERDEN
La corriente que lidera al PRD tuvo en su contra la crítica de varias de las “tribus” internas del partido por su permanencia dentro del Pacto por México, una situación que dividió y confrontó a los perredistas líderes de las expresiones más importantes al interior de la fuerza política.
Por ello, que los comicios del 7 de julio son especialmente sensibles para Nueva Izquierda o los “chuchos”. Según Salvador Mora la pérdida de la gubernatura de Baja California, que de forma preliminar ganó la alianza PRD-PAN en ese estado, pondría al partido en una peor situación, sin tablas para negociar y bastante debilitado.
Pero si la gubernatura se queda en manos de los panistas y perredistas, los resultados para el PRD no serán del todo desalentadores, explicó. “Hay que recordar que fueron los ‘chuchos’ (encabezada por Jesús Zambrano y Jesús Ortega), los que empezaron con la política de alianzas con el PAN.
Si las cosas se quedan como están, ellos no pierden, para ellos sus acuerdos están dando resultados y pueden decir que no les fue tan mal en las elecciones” Sosa Plata coincidió con Mora y agregó que con los resultados que se obtuvieron, el impacto para Nueva Izquierda es neutral. “Quedaron igual, ni mejor, ni peor.
La única forma que tenían de incrementar su aceptación y mejorar su percepción era obtener mejores resultados y ganaron en la medida que no entregan resultados desastrosos”, explicó. El consultor político detalló que las elecciones intermedias que están en puerta, las que se celebraran en 2015, serán definitivas para el PRD.
“Esto los ubica en la verdadera fuerza que tienen y si a este partido le interesa mantener el poder dentro de la izquierda, debe redefinirse e identificar en su estrategia como un adversario adicional a Morena y Andrés Manuel”, finalizó