CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Asesinos en serie…
Entre las cuotas escolares, la compra de útiles, y el rechazo que sufren miles jóvenes que pretenden ingresar a instituciones de nivel medio superior y superior (más los desempleados que generan las Escuelas Normales del país) este México va con rumbo a la destrucción, al aumento en la violencia y de los delitos en todas sus modalidades.
Cifras emitidas por tres universidades en el Distrito Federal (la UNAM, la UAM, y el Politécnico) detallan 200 mil rechazados, jóvenes que no encontraran espacios en sus instalaciones.
Los cálculos, muy conservadores por cierto, dicen que son 500 mil muchachos en el país los que no encontrarán espacio en una institución de educación superior, el caso de Tamaulipas es para alegrarse ya que las cifras oficiales hablan de que más del 80 por ciento de los que aprueban sus exámenes ingresan a una universidad.
¿Qué será de ellos?, pues seguramente una parte encontrara trabajo, otros harán su lucha, y muchos más se dedicaran a engrosar el ejército de los nini`s y el resto serán, seguramente, reclutados por la delincuencia o atrapados por el crimen menor para poder subsistir o mantener sus vicios.
Es complicado culpar a este gobierno de ser el asesino en serie y perfecto de las ilusiones de los 500 mil muchachos pero desde luego que es cómplice además de inútil para resolver el problema, tan lo son que con un desparpajo que da miedo anuncian “cinco mil espacios adicionales para mitigar el problema de los 200 mil que se quedaron sin aulas” en el Distrito Federal.
Con seriedad hay que decir que el problema se gestó en los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, durante esos 12 años se redujo el financiamiento a las universidades públicas, y además frenaron la construcción de infraestructura y la contratación de maestros para atender a los jóvenes en estas fechas.
Me explico, esta generación de 500 mil rechazados de las universidades públicas en el país hace por lo menos 12 años que ingresó a la primaria, hizo seis años de educación elemental, tres más de secundaria, tres más de bachillerato, y hasta ahora se dieron cuenta que iban a requerir un espacio para estudiar una profesión, lo que significa que los panistas no previnieron, no hicieron nada para que no se presentará el problema.
Esa es la razón por la que hay que culpar a los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón de asesinos en serie, y si me apura de genocidio, por matar las ilusiones de miles de jóvenes, más aún, de aumentar el riesgo de inseguridad para todos los mexicanos, porque nadie sabe el destino que tendrán esos chicos que se quedaran sin escuela.
También hay motivos suficientes para decir que este gobierno federal tiene parte de culpa, no puede ser que de última hora se enteren que iban a requerir todos esos espacios, que no hayan encontrado la forma de prevenirlo o de atacarlo en forma adecuada cuando se presentó.
Desde luego, esta sociedad debe crecer y atender a los más capaces en sus escuelas, pero este gobierno tiene la obligación de no descuidar a nadie, de ir haciendo filtros tan rigurosos que cada quien tenga el origen perfecto para su vocación, para que vaya a donde pueda tener un final feliz, entendiéndose lo que le digo como un sitio donde trabaje alegremente pero además obtenga ingresos para vivir dignamente y pueda satisfacer las necesidades de su familia.
Lejos, muy lejos está este sistema educativo de resolver los problemas de México, al contrario, ahora desde el preescolar ponen trabas a las madres, las obligan a comprar uniformes, pagar cuotas, dar apoyos que estratosféricos a planteles que no hacen nada por educarle a un niño en forma competitiva y orientándolo a donde pueda desarrollar mejor su potencial.
Algo hay que hacer, lo urgente es, primero que otra cosa, llamar a cuentas al gobierno, exigirle que explique que hará con los jóvenes que no podrán estudiar y como prevendrá el problema para el próximo ciclo y los siguientes.
También hay que pedirle que le de seguimiento a los rechazados, que los atienda, que los lleve a lugares indicados para cada uno de ellos porque solo de esa manera se le quita materia prima a la delincuencia organizada y a la no organizada.
Más aún, hay que exigirle que haga las cosas bien, que dejen de ser esos asesinos en serie que están matando al país cuando se supone que buscan puestos de elección popular para darnos más atención, mejor calidad de vida, y muchas más ganas de vivir en paz.
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