Opinión con sentidoPolítica

OPINION DEBIDA

Por: Dr. Demetrio Cruz

¡No respires por la boca, respira por la nariz!

¿Quién no recuerda ese regaño-recomendación de nuestras madres cuando llegaba el norte?

Cuando era yo un niño, padecía de los bronquios, me convertí en el cliente más asiduo del Doctor de Santa Apolonia, municipio de Rio Bravo; nomas me mojaba los pies y empezaba la dificultad para respirar y la tos aguda.

Las temporadas de fresco eran difíciles y supongo que muy estresantes para mis padres; sobre todo para mi madre que era la que lidiaba conmigo. Recuerdo que le decía a mi hermano: “Hugo, ve a decirle a Doña Cata que venga a inyectar a tu hermano”.

Llegaba “la señora que inyectaba” con una cajita de acero inoxidable, sacaba una jeringa de vidrio de entre el alcohol y le embonaba una aguja gigante de acero inoxidable, la más grande del mundo. ¡Empezaba de nuevo mi tortura y así cada año!

Sepan ustedes que la recomendación popular tiene sus bases científicas dada la anatomía y fisiología de nuestro sistema respiratorio, cosa que mi madre no sabía, pero la observación a través del tiempo había creado ese conocimiento colectivo; ahí les va, resulta que:

La inhalación y la exhalación del aire debe darse por la nariz. Como parte inicial del sistema respiratorio, la nariz lleva a cabo varias funciones estrictamente necesarias para el buen funcionamiento y transporte del aire hacia nuestros pulmones:

  1. A través de unas estructuras que se llaman cornetes y que normalmente están húmedos, la nariz filtra el aire de partículas sólidas, bacterias, virus, hongos, esporas, etc. De tal manera que, si respiramos por la boca, permitimos que el aire no pase por este filtro y llegue “sucio” a nuestros pulmones.
  2. Nuestra nariz también se encarga de humedecer el aire cuando respiramos; esto ocurre por el moco que recubre nuestra nariz internamente y que todos producimos. No importa si el aire este seco en la atmósfera; cuando respiramos por la nariz este entra con la humedad ideal hacia nuestros pulmones. No obstante, si respiramos aire seco por la boca, este lastimará nuestra garganta y las vías aéreas profundas.
  3. Nuestras fosas nasales también sirven para calentar el aire que ingresa por ellas. Si afuera está muy frío, no importa, mientras respiremos por la nariz el aire llegara a temperatura ideal para evitar un espasmo bronquial (que era lo que me sucedía con el frío), de ahí la recomendación de “no respires por la boca, respira por la nariz”.

Estimados lectores, con el descenso de la temperatura ambiental inicia la temporada de enfermedades respiratorias; hay que incrementar la ingesta de frutas y abundantes líquidos, acudir al médico cuando se presenten tos, fiebre o dificultad respiratoria; recuerden que ahora tenemos a la influenza y el COVID al asecho.
¡No respiren por la boca, respiren por la nariz!

Dr Demetrio Cruz

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