PolíticaPrincipal

Campañas invisibles, abstencionismo asegurado. JR podría ganar con raquítica votación.

Por: Mauricio Fernández Díaz

Buscan rivales debilitar a JR con sus cientos de desventajas

Ciudad Victoria.- En los nuevos tiempos de la posverdad y el sentimentalismo político, la persona más débil de carácter y perfil profesional, es decir, el menos apto, puede ser el favorito de las mayorías. Lo que la gente parece preferir ahora son los candidatos que ayudan a los buenos y atacan a los malos, o que esa sea su percepción. Así se resuelven los comicios en el país, y así se resolverá la elección extraordinaria de senador en Tamaulipas. Y ese candidato débil pero favorito es José Ramón Gómez Leal, el JR.

Corre la versión de que el candidato de Morena no aceptó debatir con los otros contendientes o que ha retrasado su respuesta con la intención de que venza el plazo de ese encuentro; nosotros entenderíamos su reticencia de ir a confrontarse, pues podría salir descalabrado.

En esta elección, Imelda Sanmiguel, la abanderada del PAN, no tiene nada que perder y todo que ganar. Anda como veinte puntos abajo en las preferencias y esto le cancela las posibilidades de ganar. Pero hay camino por delante para ella, puede causar una mejor impresión entre los miles que no la conocen y tener un buen posicionamiento para alguna candidatura en 2024. Para ella, esta elección es ganar-ganar, pues es actualmente es diputada federal.

Es casi el mismo caso con Manuel Muñoz, el nominado del Partido Verde, quien ni siquiera tiene cargo público ni partidista; el año pasado fue el dirigente estatal del partido, pero ya dejó esa responsabilidad. Muñoz también estaría oteando el horizonte político de 2024 y utilizaría la elección extraordinaria como plataforma personal.

Ni Sanmiguel ni Muñoz Cano se caracterizan por un estilo agresivo o lapidario para enfrentar a sus oponentes políticos, pero bien asesorados podrían asestar uno que otro gancho a sus contrincantes. Y el contrincante de ambos es José Ramón Gómez.

La única e insuperable fortaleza del candidato de Morena es la estructura de la Secretaría de Bienestar, es decir, los beneficiarios de los programas sociales. De hecho, JR fue el primer coordinador de dichos programas y creó él mismo dicha estructura. Los mismos empleados, llamados Siervos de la Nación, él los eligió.

Ahora los utilizará como su ejército de promotores del voto para lleva a los beneficiarios a las casillas el día de la jornada. Es un plan sin costuras ni hilos sueltos.

De no ser por esto, Juan Ramón Gómez Leal, cuñado de Francisco García Cabeza de Vaca, difícilmente ganaría a nadie en una elección. Es más: pónganlo de candidato en otro partido, consulten a los electores, y verán desaparecer esa preferencia.

Esto explica también la motivación de los morenistas a la hora de votar. Nunca lo hacen por el candidato sino por las prebendas, por los subsidios. Y, también, claro está, por Andrés Manuel López Obrador, a quien no ven como un presidente en funciones temporales, sino como una especie de padre o abuelo protector, dedicado a atacar a los explotadores y a los corruptos.

Estas son las cualidades del candidato Juan Ramón Gómez o, mejor dicho, así se reviste a una persona desnuda de la más elemental virtud, gracia o habilidad.

En el PAN se relamen los bigotes por zarandear la humanidad de Gómez Leal ante los electores, tanto por su falta de méritos, sus relaciones con los Carmona y su poca experiencia como por los errores garrafales de la 4T, que pondrían a discusión de la gente.

Desconocemos las intenciones de Muñoz Cano al competir por la Senaduría, pero si no quiere causar pena, deberá combatir al Jr en su calidad de favorito de la elección. Se sabe, además, que varios consejeros y militantes morenistas, desafectos a la candidatura de J, le han pedido que ponga en evidencia su incompetencia para el servicio público de alto nivel y los asuntos de Estado, que son las tareas que le corresponden a un Senador.

De este modo, Jr evade entrar al matadero del debate electoral, al saberse el más vulnerable y el más polémico de los candidatos, comenzando por el hecho de que nunca ha militando en la izquierda, y que toda su trayectoria, por el contrario, ha abrazado las causas e intereses de la derecha reaccionaria.

Si Juan Ramón Gómez Leal se siente a salvo entre los abuelitos pensionados y los siervos de la Nación, y cree que ya no lo alcanzarán los golpes, se equivoca nuevamente, como cuando pensó que el morenismo entero lo acompañaría en esta elección. En los siguientes días presenciaremos un aumento de la temperatura política, quizás una revelación o escándalo, según afirman algunos observadores, que hará pasar saliva al cuñado de Cabeza de Vaca.
JR debe recordar que no solo importa ganar, sino convencer. Eso, si en sus planes está buscar en un futuro la reelección y posicionarse sólidamente para ayudar a AMLO en el 2024.

Notas relacionadas

Botón volver arriba