Opinión con sentidoPolíticaPrincipal

Pasa Chucho Nader a la historia con nuevo mercado La Puntilla

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
 
 
Se construyó en 1968, hace 55 años. Nadie conoce la fecha exacta, pero siempre se ubicó al margen del Río Tamesí, donde tenía un muelle de madera para descargar los peces y frutos del mar recién capturados del Golfo de México. Ni nombre tenía, así que el ingenio popular lo llamó Mercado La Puntilla.
 
Con el tiempo los mismos pescadores levantaron pequeños cuartos de madera donde comercializaban sus pescados de forma directa, lo que atrajo a cientos de compradores por los precios sin intermediarios.
 
Y lo que empezó como una conveniencia se convirtió en una costumbre; luego aparecieron pequeños restaurantes a alrededor, atendidos por familias pescadoras que cocinaban los mismos productos de aquellos que acudían a comprar.
 
Solo en una ocasión le hicieron mejoras, hace 19 años, y después fue olvidado por sucesivos gobiernos. Tuvo que llegar el 29 de agosto de 2023, por iniciativa de Chucho Nader, para inaugurar el nuevo mercado La Puntilla.
 
Se invirtieron 60 millones de pesos, con recursos municipales, para construir 48 locales, dos muelles y una plazoleta. Un diseño, con motivos pesqueros y marinos, parecen situarnos en otro país.
 
Chucho Nader ha cumplido su promesa a pescadores, comerciantes y sus familias. El nuevo mercado La Puntilla es un lugar digno de disfrutar con visitantes y turistas. Aquí se comercializan diariamente 30 toneladas de pescados y mariscos y se genera una derrama económica de 1,500 millones de pesos al año.
 
“Hay fechas que marcan la historia de Tampico y esta es una de ellas”, expresó el alcalde durante el corte del listón, “la Puntilla es un espacio que nos llena de orgullo y confirma a nuestra ciudad como el municipio con mayor desarrollo y prosperidad de Tamaulipas y de México”.
 
Hoy, el Mercado de la Puntilla se erige como un ícono de resistencia y tradición en medio de un mundo en constante cambio. Sus pasillos acogen a las familias pescadoras, que con maestría cocinan sus propios productos en los pequeños restaurantes circundantes. Este rincón no solo es un lugar de comercio, sino también de intercambio cultural y social. La comunidad converge aquí para deleitarse con la gastronomía local y apoyar a aquellos que han dedicado sus vidas al oficio.
 
La figura de Chucho Nader se alza como un maestro de resultados en un panorama político lleno de promesas incumplidas. Su liderazgo ha transformado ( y no es la 4T) Tampico en un ejemplo tangible de cambio, donde las palabras se traducen en acciones.
 
La encuesta de Mitofski, que lo clasifica como el alcalde mejor aprobado del país, no es más que el eco de la labor que ha realizado. Su capacidad para unificar a la comunidad, así como su dedicación a la prosperidad de su ciudad, son cualidades que no pasan desapercibidas.
 
La transformación de Tampico bajo la guía de Chucho Nader es una afirmación clara y directa: el cambio es posible cuando hay voluntad y dedicación. El resurgimiento del Mercado de la Puntilla no es solo la reactivación de un espacio físico, sino un renacimiento de la identidad y el espíritu de la ciudad.
 
La comunidad se encuentra unida en su apoyo a estas iniciativas y celebra la revitalización de un sitio que, aunque humilde en apariencia, tiene profundas raíces en la historia y el futuro de Tampico.
 
Mucha gente acudió a la inauguración; se dieron cita los exalcaldes de Tampico Arturo Elizondo, Fernando Azcárraga y Magdalena Peraza. Cientos de vecinos se acercaron a la ceremonia y saludaron emocionados a los invitados, entre los que destacaron Pepe Schekaibán, Jefe de Servicios Públicos, y Mon Marón, diputado local.
 
Muy alta ha dejado la vara Chucho Nader a quien lo suceda. Hacer estas obras implica un reto monumental no solo a los morenistas sino también a los propios panistas.
 
Posiblemente el próximo alcalde entregará obras de valor a los ciudadanos. Pero muy difícil será reflejar el brillo que ha dejado el trabajo de Nader para el futuro.

Notas relacionadas

Botón volver arriba