Columnas

¿DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?

MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA

Estoy seguro que la mayoría delos mexicanos, que estamos en aislamiento para ayudar a paliar la epidemia de Covid-19, esperamos contando las horas el mensaje de Andrés Manuel López Obrador en el que se suponía lanzaría el plan para evitar que la economía, ya en recesión, no se vaya al fondo del abismo, pero no hubo súper domingo, AMLO es capaz de decepcionar hasta a los que ya nada esperamos de él.
Así es mis queridos boes, ahí estaba el avejentado Presidente, solo en el que cree que es su Palacio Nacional, dando cuenta de un informe sobre un país que existe solo en su cabecita, sospecho que trastornada, lanzando culpas, prometiendo lo que no ha podido cumplir, como avanzando en reversa hacia el pasado cuyos traumas creo no va a superar.
¿El plan?, la pregunta recorría los grupos de wasap, mientras el tabasqueño atascado en la retórica desvariaba sobre lo que viene para el país, del que evidentemente no tiene un diagnóstico mínimamente claro.
Ningún presidente después de la Revolución Méxicana, estoy seguro, se enfrentó al desafío que se cierne sobre el presente y futuro del país, ninguno tan aislado del entorno internacional que está igual de emproblemado.
México, dicen todos los pronósticos económicos, podría caer hasta el 8% del PIB este año, más, mucho más que en la gran crisis del 2008, más que durante la gran depresión del siglo pasado.
El petróleo lo estamos vendiendo casi regalado, porque el mundo atraviesa también por una guerra de precios que la semana pasada lo llego a poner en 10 dólares y cachito, cuando El Peje y Hacienda lo presupuestaron a 49 dólares.
El dólar se vendía ayer a más de 25 pesos mexicanos, de 18 en promedio cuando inició el sexenio hace 16 meses.
Y encima de todo eso, la muerte ronda por todo el territorio nacional con el Coronavirus como su ejecutor.
El país está detenido, fábricas, maquiladoras, restaurantes, hoteles, armadoras de autos, cerveceras, estadios, todo tipo de espectáculos, oficinas, todo o casi todo está fuera de servicio, todos tenemos miedo al contagio, a morir o que mueran los nuestros.
Las pérdidas en pesos son multimillonarias, los empresarios han dicho que no podrían sostener los sueldos de sus empleados en aislamiento, porque no hay producción y sin ésta no hay ganancias… la quiebra les aguarda a miles de negocios, empresas pequeñas y grandes.
La pandemia nos llegó, luego de un año de la “Fake Transformación” que fue desastroso, la conocía en el 2019 se contrajo, aumentó el desempleo, el homicidio, el secuestro, la extorsión, la división en el país y el sistema de salud agravó su crisis con falta de medicamentos.
Por eso ante la tragedia que se avecina, ayer los mexicanos de bien, los que pagamos impuestos, los que no aplaudimos cualquier tontería que hace o dice AMLO esperábamos un presidente a la altura del reto gigante que tenemos enfrente y lo que vimos en la pantalla fue a un López Obrador mas chiquito de lo que ya se veía.
Se necesitaba un plan para mantener las empresas y por añadidura los empleos de los más pobres, se necesitaban estímulos fiscales para los profesionistas que trabajan por su cuanta (dentistas, periodistas, traumatologos, arquitectos y demás) que ahora están sin percibir dinero y están con la amenaza de embargos del SAT por el pago de impuestos.
Se necesitaba un anuncio de condonación, rebaja o subsidio de servicios eléctricos, del gas, incluso de los de interconexión a internet y sistemas de televisión, porque los jefes de familia en aislamiento con sus hijos y esposa batallarán para cubrir sus pagos y al mismo tiempo darle de comer a todos.
Se esperaba la sensatez que el momento histórico exigía y que AMLO anunciara la cancelación o mínimo aplazamiento de alguno de sus ‘grande proyectos’ como Dos Bocas, Santa Lucía o El Tren Maya, los tres con múltiples diagnósticos de inviabilidad, los tres millonarios, los tres capricho del Macuspano.
Lo que en cambio hubo fue un personaje que se quedó muy lejos de la figura de estadista, contagiado de populismo, que anunció cómo su gran medida bajar sueldos de la cúpula y eliminar los aguinaldos de los jefes en la 4T.
Y la clásica priista: apretarse el cinturón el gobierno, gastar menos en publicidad, menos en operación… bla, bla y bla.
El informe, el mensaje y el plan, fue casi por unanimidad criticando por analistas económicos y políticos, incluso por la clase gobernante.
“Esperé con optimismo el mensaje del Presidente. Era el momento para convocar a un acuerdo nacional para cuidar los empleos y el patrimonio de la gente. Ahora me queda claro que no hay un plan económico en marcha. Pero esto ni nos dobla, ni nos vence.
¡A jalar más duro #Tam!”, escribió el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Por las mismas se pronunció Javier Corral de Chihuahua, León Krauze, Gabriel Guerra, Simón Levy, Juan Ruiz Healy, Salomón Chertorivski y muchos más.
“Bueno pues en resumen, qué pinche miedo”, escribió Sofia Niño de Rivera, suscribo, AMLO no vive en la realidad.

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