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Mata a otra mujer cirujano plástico que causó la muerte de regidora del PAN de Tamaulipas

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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- El cirujano plástico que causó la muerte de la regidora del PAN en el cabildo de Reynosa, Ana María Zamarripa Mondragón, el sábado dejó muerta a otra mujer en el quirófano y huyó con rumbo desconocido.

En abril del año pasado, el doctor Sergio Guillermo Ramírez Ledesma practicó una lipoescultura a la tamaulipeca Ana María Zamarripa Mondragón, de la que la regidora panista no salió con vida.

Días después, al término de una sesión de cabildo en que se celebró un homenaje póstumo en honor de la regidora muerta, familiares encabezados por su hermana Bertha Alicia Zamarripa Mondragón denunciaron que presentaron una demanda penal en contra del cirujano plástico Sergio Guillermo Ramírez Ledesma.

La denuncia 463350270063012 fue radicada en la Agencia del Ministerio Público de Barrientos, en Tlalnepantla, Estado de México. En dicho expediente se establecieron diferentes circunstancias anómalas que rodearon la intervención que culminó con la muerte de la militante del Partido Acción Nacional en Reynosa.

Sin embargo, pese a esa denuncia, un año y medio después el mismo cirujano plástico provocó este sábado pasado la muerte de Emma Lidia Rosales Pérez, de 42 años, a quien le practicó una liposucción.

De acuerdo con las hijas de la señora muerta, su madre encontró en internet la promoción del cirujano plástico, el que por 25 mil pesos le ofreció que la dejaría con un talle más delgado y unos glúteos con mayor volumen y redondez, en los que le inyectaría la grasa que le quitaría del abdomen.

Lo irónico del caso es que, desde el 10 de abril del año pasado, el consultorio y los quirófanos de Sergio Guillermo Ramírez Ledesma, en el edificio Zurich, habían sido clausurados tras operar a la regidora de Reynosa, Ana María Zamarripa Mondragón, quien también falleció cuando le practicó una cirugía estética.

En aquella ocasión, como esta vez, el médico especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva, egresado de la carrera de Medicina de la Universidad Anáhuac, también se dio a la fuga.

Es decir, si la policía no lo encontraba, las clientas sí, sólo que éstas han pagado con su vida la desgracia de haberlo contactado por internet.

En el caso de la nueva muerta, una de las dos hijas de Emma Lidia Rosales Pérez, Anahí Saldaña Rosales, supo de la muerte de su madre dos horas después de que ésta ocurriera.

Ella y su otra hermana, junto con otros familiares, se encargaron de detener al anestesiólogo y a dos enfermeras que intentaban huir del consultorio ubicado en el edificio Zurich, en la calle Federico T de la Chica número dos, en Ciudad Satélite, Naucalpan.

SORPRESA TRÁGICA

La operación de Emma Lidia comenzó a las nueve y media, luego de internarse contenta y confiada en el anuncio de promoción que vio en internet. Su hija contó que el doctor Sergio Ramírez Ledesma sí le hizo estudios, pero éstos fueron entregados apenas un día antes, por lo que consideran que el doctor apresuró la intervención; la joven aseguró que su mamá era una mujer sana.

Dos horas después de la entrada al quirófano, el médico mandó llamar a las hijas y al novio de Ema y “muy nervioso nos sentó en la sala de espera, nos dijo que a mi mamá le había dado un paro cardiaco y que tenían que estabilizarla en otro hospital, por lo que llamó a una ambulancia”.

Llorando, Anahí narró que cuando llegaron los paramédicos al lugar, les mencionaron que Emma Lidia ya no tenía ningún signo vital y que llevaba algunos minutos muerta.

El doctor Sergio Guillermo Ramírez de inmediato se dio a la fuga.

Al lugar arribó el agente ministerial Carlos Flores Hinojosa, quien luego de hablar con el anestesiólogo lo dejó ir. Iván Álvarez, primo del novio de la víctima, narró que al ver salir al anestesiólogo, “lo alcanzamos y aunque le aventó el vehículo a las hijas de Emma, conseguimos cerrarle el paso hasta que llegó la policía”.

Dos enfermeras y el anestesiólogo fueron llevados a la agencia ministerial donde hasta el sábado por la tarde se encontraban rindiendo declaración. El cirujano plástico, otra vez, había desaparecido.

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