Las precipitaciones que se han dado en el mes de mayo y lo que va de junio, han salvado de la sequía a cultivos de sorgo y maíz, pues en menos de un mes, llovió el equivalente a dos riegos de auxilio.
Pero no todo es dicha y alegría, a decir de personal técnico del Fondo de Aseguramiento Agrícola Satelital, esto disparó la presencia de gusano soldado.
Alejandro Campos Arteaga, gerente de ese fondo, dijo que hay “mucho gusano soldado del sorgo, más en zona de temporal, en ejidos como Doroteo Arango, Plan del Alazán y Santa Apolonia”, aunque aclara quien esté fenómeno inició antes de las lluvias, pero se esperaba se ahogara el parásito, pero no sucumbió, “y como no se podía ingresar a las labores (a fumigar), proliferó” el gusano.
Campos Arteaga dijo que la imposibilidad de combatir está peste es casi total, “no se puede entrar ni en araña, ni en tractor ni ‘mochilear’, por las condiciones del terreno”.
Precisó que se debe fumigar cuando rebasa el umbral económico, lo que se verifica cuando hay un gusano por planta en 10 metros lineales, “ya se considera un daño para aplicar, se recomienda Novaluron, con aspersor”, sentenció.
“El control bilógico es preventivo, no para atacar un problema”, por lo que dijo se tiene que aplicar pesticida.
“El daño que provoca el gusano soldado, es que se come el follaje dejando la nervadura principal de la hoja y en sorgos espigados, le entran al grano, la planta aún así tiene potencial de recuperación, pero le retrasa su ciclo vegetativo”, precisó.
Ante la imposibilidad de ingresar vía terrestre a las parcelas para combatir el gusano, se debe echar mano de la fumigación aérea, que si bien está disponible en Río Bravo, ahorita no hay avionetas desocupadas.
Y lamenta “apenas estaba dando punto para entrar a aplicar, se recomienda dosis de 200 mililitros por hectárea, pero las lluvias (del martes y miércoles) lo impidieron”, asentó el gerente técnico.
