Política

La Comuna

Otra falla de Atanasia y Cía.

José Ángel Solorio Martínez

¿Fue en términos éticos, correcto cerrar el paso del Magistrado Horacio Ortiz Hernán a su reelección?
Evidentemente: sí.
Su largo historial como juzgador todo manipulador de la vara de la justicia, es más que contundente.
¿Es políticamente certero, sacarlo de la jugada del Poder judicial?
Totalmente: representa a un régimen que canceló el paso de la justicia en los Tribunales tamaulipecos.
¿Es legalmente sustentable la decisión de congelarlo del Supremo Tribunal de Justicia del estado?
Ahí es donde, brotan los asegunes.
Si fue un error, sin consecuencias, puede pasar como acierto. De lo contrario: si Ortiz Renán se resiste, el problema podría alargarse; y ganar tiempo en favor del suyo, sería obtener un oxigenante triunfo para su causa.
Supuestamente, se le notificaría ayer de la opinión del Ejecutivo estatal. Tendría cinco días, para gestionar y obtener un amparo provisional; esto, le regalaría algunos meses de vida al Magistrado. (Y como siempre pasa en las confrontaciones de barandilla, ganar tiempo, es un triunfo estratégico en cualquier diferendo legal).
Si Ortiz Renán, se ampara, pierde la Directora Jurídica de la administración de Américo Villarreal Anaya. (Sería la segunda pifia -aún más grave que la primera- de Tania Contreras). Si el desplazado, se come sin hacer gestos el garrotazo se salvaría doña Atanasia (Tania) Contreras y su distinguido esposo, el también abogado Jorge Luis Beas Gámez, quien presume a sus íntimos, será el presidente del Supremo Tribunal de Justicia).
Grande la tarea del secretario general de gobierno, Héctor Calabazo Villegas: atemperar los errores por la precaria visión legal de la licenciada Contreras y su consorte. El escenario es el de siempre: cuando falla la ley, debe entrar la política de la justicia.
El Calabazo, debe tener claro lo que le espera durante los seis años de Villarreal Anaya: reparar los estropicios que podrían convertirse en consuetudinarios por parte de sus compañeros de Gabinete.
Y otra: elegir con mucha inteligencia al sub secretario de asuntos jurídicos de la dependencia a su cargo quien finalmente sacará al buey de la barranca ante la falta de talento de la pareja jurídica Contreras-Beas.
¿Por qué involucrar al Ejecutivo estatal en un asunto que preferentemente define el Congreso del estado?
¿Para qué lanzar al jefe de la IV T en Tamaulipas, a un escenario en donde las aguas no se han apaciguado?
¿Hay álguien que aún confía en el dueto Contreras-Beas?
El secretario Villegas, aun puede salvar el punto.
Es un principio, hasta hoy inmutable: cuando fallan los abogados, hay que echar mano de los políticos.
Grande enseñanza, el caso Ortiz Renán.
Pone a prueba, a los hombres y mujeres de la IV T.
Se verá, quiénes tienen madera para navegar en el gran foso de tiburones en que hoy está convertido Tamaulipas.
De igual forma: se visualizará, quiénes pretenden escalar cargos burocráticos con falsas medallas y grandes -como inexistentes- reconocimientos académicos.
Una cosa es cierta: el jefe no se equivoca…
…y si se equivoca, vuelve a mandar.
¿Si se torna complicado el panorama, quién pagará el costo de la falla?
Todo apunta a un solo lugar: la oficina de Tanía y Beas.

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