Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Ayer por la tarde, jueves santo por cierto, trascendió en las redes sociales y en los portales de internet la fatídica noticia que el premio Nobel de Literatura -el colombiano radicado en el DF y Cuernavaca, México- murió a los 87 años de edad.
La muerte del literato fue confirmada a The Associated Press por dos personas cercanas a la familia del escritor y quienes exigieron el anonimato pleno por respecto a la privacidad de los deudos.
Hablar del colombiano-mexicano es abrir una página de la historia de la literatura que identifica a Gabriel García Márquez como el escritor más popular, según algunos críticos, es hablar del sucesor de Miguel de Cervantes de Saavedra, púes ambos lograron tal celebridad en el mundo de las letras que no hay distinción alguna.
Ambos fueron grandes.
Apenas al finalizar marzo pasado, el nombre de Gabriel García Márquez alzó mucho ruido mediático porque ingresó a un hospital privado por una neumonía y no faltó el periodista que recordando el cáncer linfático que sufrió en 1999, supuso que ahora, después de 15 años volvía al organismo del colombiano.
El ruido mediático fue tal, que no faltaron voces en los micrófonos y actores del video que levantaron la voz para reclamar que el cáncer no estaba en el cuerpo del escritor, al grado que el mismo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, molesto con los medios, declaró que no había tal cáncer y pidió a los periodistas “…más recato, más discreción para la enfermedad de Gabo”.
La hospitalización apenas fue de una semana y fue dado de alta. Quienes informan inicialmente dijeron que estaba en la Ciudad de Cuernavaca antes de ser hospitalizado y ahora que muere, es en su casa del Distrito Federal.
Algunos analistas han publicado -desde hace tiempo- en distintos medios impresos y en portales de internet que las novelas de García Márquez se han vendido más que cualquier otro libro en español, a excepción de la Biblia.
Gabriel García Márquez, fue el impulsor principal de la corriente literaria conocida como “El Realismo Mágico”, que es un género lingüístico de mediados del siglo XX y se define como una preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común.
No es en realidad una expresión literaria ‘mágica’, su finalidad no es suscitar emociones sino, más bien, expresarlas, y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad.
García Márquez en su labor como escritor, ya de novelas, cuentos y sus labores periodísticas, impregnó su estilo literario en su “Realismo Mágico” porque como reportero los dejó ver en sus reportajes, escritos desde que tenía apenas 20 años de edad, en el diario “El Espectador” de Colombia.
También colaboró -por breve tiempo- en el periódico “El Universal” como reportero y es en esta época cuando decidió abandonar sus estudios de Derecho para dedicarse al periodismo, por lo que se fue a Barranquilla, para poder trabajar como columnista del diario “El Heraldo”.
Gabriel García Márquez se consagró también como periodista latinoamericano y en 1954 creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) con sede en Cartagena de Indias, le acompañaron su hermano Jaime García Márquez y el entonces director del Canal Regional de Televisión del Caribe colombiano (TELECARIBE), Jaime Abello Banfi, con la idea de formar a los futuros profesionales de la comunicación.
Su brinco literario sin duda fue “Cien años de soledad” (1967), en la que trabajó durante 18 meses y es considerada como una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX que sin duda marcó el acento en su carrera.
El éxito de “Cien Años de Soledad” fue fulminante, ya que en pocos días se agotó la primera edición y según los propios editores en tres años vendió más de medio millón de ejemplares.
En 1982 llegó el reconocimiento a su prestigio literario y se consagró como ganador del Premio Nobel de Literatura. Según la Academia Sueca fue premiado “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica”.
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