Zona Norte Tamaulipas

Caminar no es seguro en NLD

Caminar por Nuevo Laredo es arriesgarse a sufrir una caída, una fractura y hasta una electrocución, pues las banquetas están llenas de trampas. Desde tornillos de viejos semáforos, tubos de señalamientos mal cortados, registros mal cubiertos y cables expuestos son comunes de encontrarse por las banquetas.

Y no, no es sólo en las colonias alejadas en donde el peatón puede sufrir un accidente, también en pleno centro y por las principales calles y avenidas de la ciudad, como la Guerrero.

“Tienes que ir mirando para abajo a cada paso. Por donde quiera hay pozos, alcantarillas y hasta cables pelones”, se quejó Andrea Saldaña, una ciudadana que caminaba por la avenida Guerrero.

Por ejemplo, en el cruce de Ocampo y Perú, hay por lo menos tres trampas en las esquinas, desde tubos de un señalamientos mal cortados hasta un registro lleno de cables que están al aire libre y sin tapa.

En otras zonas hay registros en los que puede caer una persona y que han sido cubiertas con tablas de madera terciada –triplay, como se le conoce popularmente—y que no resiste el peso de alguien si lo pisa.

“A veces es mejor caminar por la calle que por la banqueta. Está lleno de pozos, faltan muchos pedazos y a veces hay canales o registros muy mal tapados”, dijo Efraín Gutiérrez, que salía de una tienda de Guerrero y González.

Los cables expuestos son otro riesgo muy alto que aumenta cuando es de noche o llueve, pues muchos de los registros quedan cubiertos de agua y cualquiera puede caer o pisar uno de los alambres.

“Imagínese… ¿si llevas sandalias y te tropiezas con ese tubo?”, preguntó Silvia Domínguez señalando uno escondido entre la hierba y que está en la esquina norponiente de Perú y Ocampo.

Otros ejemplos son la calle Venezuela, entre Guerrero y Ocampo, en donde hay dos registros separados por menos de metro y medio y están tapados con madera muy ligera, vieja y que se rompe fácilmente.

Otras quejas son de los canales que hay por toda la avenida Guerrero y que antes tenían cubiertas de metal, pero que desaparecieron con el paso del tiempo o fueron dañadas por los autos al estacionarse. Grandes picos se ven en algunas tapas que aún existen y que podrían cortar un dedo a un peatón descuidado.

Los ciudadanos entrevistados se preguntaron ¿cuándo van a poner atención a las banquetas?

El problema tiene años y a nadie parece importarle.

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