Columnas

LO QUE MAL EMPIEZA..

FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA.

Mientras en Europa, incluso en Estados Unidos, ya están tratando de reactivar su economía y hacen el recuento de daños dejados por el Covid-19, aquí los gobiernos de los tres niveles no acaban de ponerse de acuerdo como enfrentar esta pandemia que sigue contagiando y matando personas.
El gobierno federal anda por su rumbo y con sus números, sin convencer a nadie.
Los gobernadores, luego de sus desacuerdos con AMLO han decidido operar y enfrentar la contingencia con sus recursos y su entendimiento. Los alcaldes del noreste, también, hacen su lucha por su cuenta, aunque obedeciendo líneas apegadas a la que dictan sus gobernadores, pero con cierta independencia.
En Coahuila, Miguel Riquelme ha sensibilizado a sus alcaldes; a los mismos de oposición los ha sumado a sus tareas; en Tamaulipas, la disciplina sobre los ediles ha sido férrea, y todos, sin chistar trabajan de lado del gobernador Cabeza de Vaca. En Nuevo León, en donde los intereses están encontrados y no existe una hegemonía de poder, los presidentes municipales hacen caso al Bronco, pero solo de los dientes para afuera. Por ejemplo el alcalde independiente de San Pedro, Miguel Treviño decidió reiniciar la obra pública en contra de la disposición del gobernador Rodríguez Calderón. Monterrey, anunció que el 12 de mayo, empezará a reactivar la economía.
A pesar de que cada quien anda por su lado, todos se han puesto las pilas frente al problema de salud; pero lamentablemente,
los resultados no han sido los deseados y los contagios siguen a la alza. Cuando no hay coordinación frente a un problema, todo sale mal, y eso va en detrimento de la mismo sociedad que ve con tristeza como los gobiernos no atienden sus prioridades.
Pero esto que estamos viendo, no es privativo de México; en el mundo todos los gobiernos hacen los mismo, por eso se les desbordó el problema. Lo vemos con Trump en Estados Unidos que no le hace caso nadie. Los gobernadores en la unión americana, hacen lo propio. En Europa los primeros ministros, jalaron por su cuenta y el número de muertos todavía se siguen contando. No se siga en Brasil y Ecuador.
El ejemplo más claro de que esta pandemia se enfrentó de la peor manera, es que todos los gobiernos del mundo, ignoraron por completo los llamados de la Organización Mundial de Salud,
entidad encargada de normar criterios para sortear contingencias mundiales de salud.
Por todo esto, cuando alguien pregunta ¿cuándo se va a terminar esta crisis?, y aunque algunos ya están regresando a la normalidad, nadie sabe cuando, ni los expertos. Y la razón de que sea así, es que esto empezó mal y se enfrentó mal, y ahora, quien padece las consecuencias, es la sociedad que está aportando los muertos, en esta cadena de errores de sus gobiernos.

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