ColumnasPolítica

LA NUEVA ECONOMÍA

Homero Hinojosa.

Atrás quedaron los años en que las cosas se podían planear con cierto grado de tino, certeza y confianza. Atrás también quedaron los tiempos en que las personas conseguían empleos estables que les garantizaban cierta estabilidad económica y profesional por muchos años.

Si algo ha potenciado esta crisis que vivimos es la incertidumbre en todos los aspectos de nuestra vida. Creer en un Ser Superior y tener fe en Él ayuda a muchos a librarla, pero aquéllos con visión más terrenal sin duda están batallando para asimilarla y, finalmente, aceptarla.

La vida nos dice que hay que tener optimismo y esperanza. Nos recuerda  que luego de las crisis vienen oportunidades. Cuando volvamos a las calles veremos sin duda el mundo con otra perspectiva, sobre todo en lo que respecta a empleo, vida económica personal y el mundo de los negocios.

A nivel personal, social y gubernamental habrá mucho que repensar y realizar. Alineadas las tres es posible retomar el ritmo económico del día y día y salir adelante.

En el plano individual será importante aceptar que tener un solo empleo —y estable— será ya cosa del pasado. Habrá que volverse más emprendedor y buscar cómo depender más de uno mismo. Y en todo esto la posibilidad de diversificarse (tener diferentes giros y opciones de entradas económicas) servirá como una estrategia inteligente a seguir para encarar nuevos tiempos difíciles.

«No poner todos los huevos en una sola canasta», reza el refrán popular. Y esto aplica por igual a comerciantes y empresarios que solo se especializan en una sola área de negocio.

Para las generaciones millennial y centennial ésta es la primera “megacrisis” de su vida. Representa una llamada de despertador para considerar alternativas que vayan más allá del empleo provisional. Estas generaciones tienen capacidad de actuar de manera más colaborativa, por lo que también es una oportunidad de reinventarse y buscar emprender negocios de manera colectiva.

A nivel social y gubernamental también las cosas tendrán que cambiar. La reinvención a nivel personal y empresarial no será posible si no se dan las facilidades y estímulos financieros necesarios. Los bancos, por ejemplo, deben de ir más allá que simplemente endeudar a sus clientes otorgando prórrogas en pagos a crédito. Es decir, sus esquemas deben de ser más pragmáticos y responder a propiciar la creación de nuevos negocios, ofrecer estímulos para lograrlo y proporcionar asesoría para gestionarlos.

Además serán necesarias políticas gubernamentales que también estimulen esta «nueva economía». Tras esta crisis será necesario un «Plan Marshall» de rescate a la economía individual y familiar para reconstruir un modelo de País en donde la prosperidad y el progreso sean estimulados con estrategias también muy pragmáticas.

Finalmente la sociedad entera debe comenzar a pensar en medios para impulsar la economía emprendedora ya está creciendo con esta crisis. En estos días de confinamiento hemos generado redes sociales que promueven el apoyo de amigos y amistades que están vendiendo algo para sobrevivir y superar estos momentos. Este esfuerzo debe seguir e incluso multiplicarse en el corto y mediano plazo. Por el bien de todos.

Notas relacionadas

Botón volver arriba