Opinión con sentido

Ruptura y continuidades

MARCELA GÓMEZ ZALCE

Semana de definiciones en Morena. La tensión por el proceso para encabezar la dirigencia del partido en el poder está entrando en la fase final. Los desencuentros y jaloneos entre los personajes afines al primer círculo del presidente López Obrador y actores con un peso político indispensable para lograr la 4T han ido acrecentándose y exhibiendo un conflicto latente entre las filas morenistas.

El reciente episodio que protagonizaron Monreal y Batres en el Senado es solo un capítulo más de lo que la elección interna para abanderar a Morena para la Jefatura de Gobierno dejó en el ambiente interno. Todos fueron testigos de los enfados y mal sabor de boca que dejó la candidatura de Claudia Sheinbaum en el círculo afín al entonces delegado de Cuauhtémoc. El choque involucró a Martí Batres, férreo defensor del proceso, para elegir a la entonces también delegada en Tlalpan.

El resto de la historia pasó por varios meses de alejamiento entre Monreal y el candidato López Obrador. Meses donde evolucionaron alianzas que pudieron haber lanzado a Monreal a competir contra Sheinbaum pero prevaleció el pragmatismo político y se evitó una ruptura antes de la elección presidencial.

El resultado de esa negociación política llevó a Monreal al Senado y a ser líder de la fracción parlamentaria. Los acuerdos tejidos y las iniciativas aprobadas han colocado a Monreal como un aliado necesario para Palacio Nacional en un escenario adverso interno, y externo, y donde una parte del gabinete presidencial ha dado pocos o malos resultados gracias a muchos factores, pero uno fundamental: la descoordinación y nula comunicación interinstitucional.

En la pugna por la dirigencia de Morena se disputan algo más que liderazgos y facciones. Está en juego la viabilidad del proyecto de nación del Presidente y todas las candidaturas rumbo al 2021 y 2024.

No llama la atención que en esta lucha muy temprana por el poder varios altos funcionarios de la 4T pretendan llevar agua a su molino pasando por alto quizá la experiencia del presidente López Obrador, quien en estas lides y con el indiscutible control sobre sus huestes será un adversario difícil de superar.

El poder de la negociación política y la distribución del poder en la pugna por Morena está por verse. 

@GomezZalce

Fuente: Milenio

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