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¿Perdimos o Ganamos?, Tres Córdova Basuras

Desafio

Rafael Loret De Mola

El “anaranjado” señor Trump, el más antimexicano de cuantos han ocupado la Casa Blanca y ya es decir, no quita el dedo del renglón y sigue manteniendo la idea de que, para suprimir su plan de aranceles contra los productos mexicanos, nuestro país debió ceder en temas muy álgidos y sensibles para el conglomerado nacional, tanto así como un golpe severo al equilibrio popular del presidente López Obrador.


La advertencia pone en jaque al gobierno mexicano. Veamos las razones:


1.- De acuerdo a Consulta Mitofsky, Andrés Manuel es el segundo presidente mejor evaluado detrás del recién ascendido mandatario de El Salvador, Neyib Bukele; Forbes, por su parte, lo sitúa en cuarto lugar detrás del mencionado Bukele, Marcelo Rebelo de Sousa, de Portugal y Vladimir Putin, de Rusia. Nos conviene que la segunda posición sea la mejor para no encelar a nuestro posible aliado transcontinental, Putin.


2.- Pese a ello, en otras plataformas, como la de México Elige, publicada en el prestigiado Reporte Índigo, las cosas no pintan tan bien para el mandatario mexicano. Allí se estima que sólo el 52 por ciento de los mexicanos estarían dispuestos a que López Obrador permaneciera en el cargo, unos 18.7 por ciento menos de cuantos lo aprobaban en febrero pasado, es decir hace poco más de tres meses; pero, lo preocupante de esta última medición es que el 42.5 por ciento de los entrevistados optarían a favor de la revocación del mandato presidencial decepcionados por su desempeño semestral y cansados de tantas palabrerías, de acuerdo a sus propios juicios; esto es un 7.5 por ciento por debajo de la media lo que reduciría enormemente el espectro triunfal del primero de julio pasado.


3.- El recuento sobre obras y proyectos es negativo hasta el momento. Todo pareciera haberse paralizado, desde el plan para construir un aeropuerto en la base militar de “Santa Lucía”, para el que fueron convocados los mismos inversionistas del cancelado capo aéreo de Texcoco lo que dejó mal parada a la arenga contra la corrupción, hasta la puesta en marcha de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, bajo múltiples presiones, lo mismo que la gran planeación de ferrocarriles para resucitarlos luego de la grotesca ambición del sindicato respectivo, maniobrado por el insolente pelafustán Víctor Flores Morales, otro de los grandes corruptos bajo protección ¿de quién?.


Y es en este punto donde todo se descuadra. Ni uno solo de los líderes nefastos, como el mencionado además de Carlos Romero Deschamps –mucho más siniestro que su redecesor Joaquín Hernández Galicia “La Quina”-, Elba Esther, Martín Esparza y un largo etcétera de vividores, está bajo proceso sino al contrario: la “maestra” fue arrojada a la libertad el mismo día en que López Obrador recibió su constancia como mandatario electo; un obsequio, o algo similar que quería parecerlo, para enturbiar la apoteosis de Andrés Manuel.


Y esta misma tibieza, por desgracia, se observa en las relaciones bilaterales con la siempre prepotente USA.


La Anécdota


El apellido Córdova debería estar proscrito para las funciones públicas. Veamos:


1.- Joseph-Marie Córdova Montoya, la eminencia gris del salinato, terminó siendo uno de los presuntos responsables de los magnicidios de septiembre de 1994. O el más señalado si se quiere.


2.- Lorenzo Córdova Vianello, el racista, quien se quiere curar en salud recontando votos con un ábaco que atesora desde niño.


3.- José Ángel Córdova Villalobos, el guanajuatense que pretendió ser presidente, disparado por las candilejas momentáneas de la gripe porcina y fracasado hasta en su intento, priísta cuando fue panista con calderón, de llegar a la alcaldía del mancillado León.


Tres Córdova para el basurero

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